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El centro de producción del Grupo PSA en Vigo, en colaboración con el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG) y de Mutua Universal, ha comenzado un estudio sobre la viabilidad de uso de distintos dispositivos de asistencia física (exoesqueletos) para sus empleados.
Estos dispositivos facilitan asistencia a la actividad muscular de determinadas zonas anatómicas a través de medios activos (con energía) o pasivos (con redistribución mecánica a otras zonas musculares), facilitando así la prevención de lesiones y trastornos musculo-esqueléticos.
Antes de iniciar estas pruebas con exoesqueletos, los médicos, ergónomos, fisioterapeutas, psicólogos e ingenieros que encabezan el proyecto definieron unos protocolos para así poder garantizar la coherencia entre los resultados finales y los objetivos que buscaban.
Según la responsable de Ergonomía de la planta, María Isabel Fontano Blanco, “es importante realizar estudios previos antes de adoptar este tipo de dispositivos, ya que no todos los disponibles en el mercado resultan adecuados para el confort y la salud de las personas, al mostrar más inconvenientes para su uso que ventajas”.
Las pruebas que se llevan a cabo en la planta de Vigo incluyen varias fases objetivas, con mediciones técnicas, y subjetivas, en las que se tiene en cuenta la valoración de los usuarios que los han probado. Al final de cada fase de pruebas se lleva a cabo un balance de resultados, que resulta en la decisión de seguir adelante con la evolución de una determinada pieza o su abandono.
En la actualidad, se está llevando a cabo la prueba de un exoesqueleto que asiste en las operaciones con brazos levantados, transmitiendo las cargas a las caderas y piernas mediante un eje vertical que hace las veces de columna vertebral. A inicios del mes de julio se valorarán los resultados y se pondrán en común con el resto de plantas del Grupo PSA.
