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El SEAT León es, desde hace tiempo, el modelo compacto más vendido. Con su reciente renovación, la marca española ha decidido completar su gama con un nuevo modelo e-Hybrid con una batería de 13 kWh y una autonomía de hasta 64 km en modo eléctrico.
Esta modalidad de hibridación no es nueva en el Grupo Volkswagen, sino que ya la emplean otros modelos como el Audi A3 Sportback o el Volkswagen Golf, aunque con un precio más elevado. Sin embargo, en este caso concreto, una diferencia de precio cercana al 25% no se traduce en una pérdida de diseño o de calidad de acabados.
El interior del nuevo León e-Hybrid no es distinto al que incorporan las versiones con motor térmico. Solo existe una diferencia, un menú específico en el sistema multimedia, que dispone de una pantalla de 10 pulgadas, que permite gestionar el funcionamiento del sistema híbrido, y que permite incluso “guardar” o reservar un porcentaje de la capacidad de baterías para su uso en entornos urbanos o en las entradas o salidas de los garajes, por ejemplo.
Al igual que ocurre con el resto de modelos dentro de su gama, la versión híbrida del León mantiene unos acabados de buena calidad, con ajustes sólidos entre las diferentes piezas, plásticos blandos en la parte superior del salpicadero y zonas más duras en aquellas ubicaciones lejos de la vista.
El conjunto de baterías del que dispone está ubicado bajo los asientos traseros y el maletero. Por ello, su capacidad de almacenaje disminuye desde los 380 litros de un León convencional a los 270 de la versión híbrida. Eso sí, también existe una versión con carrocería familiar cuyo maletero asciende hasta los 480 litros. Además, su depósito de combustible se reduce de 45 a 40 litros.
¿Cómo va el SEAT León Hybrid?
La variante e-Hybrid enchufable de SEAT cuenta con un propulsor 1.4 TSI de 150 CV y un bloque eléctrico de 115 CV que, cuando trabajan de forma conjunta, son capaces de rendir 204 CV y 350 Nm, por lo que esta versión es la más rápida actualmente a la venta.
El hecho de que cuente con baterías eléctricas supone un incremento en su peso de 253 kg respecto a la versión equivalente únicamente con motor de combustión, la 1.5 TSI. En este sentido, el aporte de 64 km de autonomía eléctrica resulta interesante para trayectos eminentemente urbanos, aunque una vez se agota la batería, el comportamiento del vehículo nota ese sobrepeso.
El proceso de carga es sencillo. Solo es necesario abrir una tapa colocada en la parte superior de la rueda delantera izquierda. Este modelo tarda casi 6 horas en recargarse en un enchufe doméstico convencional, y cerca de 3:45 minutos en un wallbox de 3,6 kW. SEAT regala este último punto de carga (sin su instalación) al adquirir este nuevo modelo.
