ALD Noticias Noticias sobre renting y el automóvil 
Los accidentes en carretera provocan cada año la muerte de cerca de 1,3 millones de personas en el mundo, creando daños colaterales e incapacidades en otros 50 millones. A pocas semanas de terminar el año, España registra un total de 873 accidentes mortales y 953 víctimas, 125 muertos más que en 2021. Tomando conciencia de esta realidad, desde la Dirección General de Tráfico, DGT, se han realizado 2.774.296 controles de alcoholemia. Revisiones que la sociedad demandaba, porque casi el 50% de los conductores de los siniestros mortales registrados en este 2022 registraba tasas elevadas de alcohol en sangre, y el 75% de ellos tenía una tasa superior a 1,2g/L.
En la campaña de verano, más de 500 personas, solo en carreteras andaluzas, fueron denunciadas por superar la tasa de alcohol permitida. Cifras que confirman, una vez más, que el alcohol encabeza la lista de los factores más influyentes en los siniestros, casi 67.500 accidentes de tráfico en 2022 están relacionados con el consumo de esta sustancia.
El objetivo 2030 de la Seguridad Vial de reducir a la mitad el número de víctimas mortales en accidentes de tráfico podría hacerse realidad con la tolerancia cero ante el alcohol al volante. Así, tan solo en lo que va de año 420 personas hubieran salvado sus vidas. “El alcohol al volante no es una opción, el alcohol al volante quita vidas”, denuncia Javier Gálvez, CEO portavoz de Drivelock, primer alcoholímetro inmovilizador de vehículos inalámbrico de España.
¿Cómo son los controles de alcoholemia?
María Teófila Vicente Herrero, especialista en Medicina del Trabajo, en una investigación sobre el consumo de alcohol y el riesgo de accidentes de tráfico en España, sostiene que hasta el 22% de los conductores hacen un consumo de ‘riesgo’ de alcohol, un 3,2% un consumo ‘abusivo’ y un 0,26% experimenta una dependencia ‘grave’ del alcohol en su día a día. De hecho, una encuesta de EDADES, afirma que en España el 75% de hombres y el 50% de mujeres son bebedores habituales, consumiendo alcohol una media de diez días por cada treinta.
Lejos de la utopía de alcohol 0 al volante, cada año se despliegan controles aleatorios de alcohol en distintas vías y carreteras. “Por su valor disuasorio, las pruebas de alcoholemia y drogas contribuyen a reducir el número de accidentes, fallecidos y heridos en las carreteras. La capacidad de vigilancia es fundamental y es inversamente proporcional al número de accidentes: a más vigilancia, menos siniestros”, explica Paula Márquez, subdirectora adjunta del Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la DGT.
Tipos de control de alcoholemia
Cuando se piensa en test de alcoholemia, un alto porcentaje poblacional dibuja en su cabeza un alcoholímetro base con una boquilla para soplar. No obstante, el mundo de los alcoholímetros es más complejo, ¿alcoholímetro o etilómetro?
En un control prima el alcoholímetro, un dispositivo que mide el nivel o concentración de alcohol en el aire espirado mediante una boquilla desechable. Por tanto, los resultados del test están condicionados a la cantidad de alcohol ingerida por el sujeto en sí. A este control se somete cualquier individuo que es parado por un agente de seguridad.
Pero, ¿qué pasa si el test da positivo? Ahí entra en juego el segundo tipo de alcoholímetro: el etilómetro, un instrumento de medición de alcohol en sangre más preciso y sofisticado que el alcoholímetro. Es de mayor tamaño y se utiliza cuando el sujeto da positivo en el alcoholímetro para reconfirmar los datos. El etilómetro es un maletín que suele estar ubicado en el furgón o coche policial que hay en el sitio donde se despliega el control. En este test, el tubo por el que se sopla es más grande y detecta el grado de alcohol en el aliento del conductor. La principal ventaja de este alcoholímetro es que emite un ticket que recoge la tasa de alcoholemia, los datos del conductor, la hora y la fecha; unos datos que después se adjuntan a la correspondiente denuncia o expediente judicial.
Margen de error entre alcoholímetro y etilómetro
Pese al rango de valor de ambos, lo que puede parecer un ínfimo margen de error es determinante en la apelación del correspondiente control de alcohol.
Así, el primer test al que se somete el conductor tendría un margen de error del 7,5%, mientras que en la segunda prueba con el etilómetro el rango desciende hasta un 5%. Es decir, un primer positivo de 0,24mg/l, oscilaría realmente entre 0,22 y 0,26 mg/l y en el segundo positivo la variación tan solo sería de entre 0,23 y 0,25 mg/l.
Otros controles de alcoholemia
Los alcoholímetros vending son otra opción más personal que te permite conocer el grado de alcohol antes de salir a carretera. Se ubican en lugares públicos permitiendo que quienes lo deseen puedan realizar una prueba de alcoholemia y conocer su concentración de alcohol en aire expirado soplando a través de una pajita. Podría considerarse una máquina expendedora de vida que trata de hacerte saber en qué estado te encuentras y si puedes o no conducir.
Si cada mes tuviese un calificativo, diciembre podría ser Willy Fog, puentes, festivos y vacaciones de Navidad llenan de tráfico las salidas de todos los pueblos y ciudades, incluso aquellos que no les gusta viajar suman varios kilómetros en estas semanas. Kilómetros que suman vida en los reencuentros, pero restan a quienes conducen bajo los efectos del alcohol, como a las 54 personas que fallecieron en las fiestas pasadas en accidentes de tráfico. “Sesenta segundos de los 86.400 que tiene un día, puede salvarte la vida, a ti, a los tuyos y a todos”, defiende Javier Gálvez, desde Drivelock, apoyando la última campaña de intensificación de la vigilancia de alcohol y otras drogas al volante que la DGT ha llevado a cabo en la primera semana de diciembre con motivo de la festividad del 6 y el 8 de diciembre.
