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¿Cuándo hay que revisar las partes más importantes del vehículo?

Cuando un conductor compra un coche espera que no le dé problemas para evitar el taller en la medida de lo posible, sin embargo, para minimizar las visitas indeseadas al taller, salvo percances imprevistos, es importante que el propietario del vehículo sepa cuándo es necesario llevarlo para garantizar que todos los elementos funcionen de forma óptima y estén en buen estado. Es decir, un buen mantenimiento del vehículo evita más visitas al taller de las estrictamente necesarias, ya que disminuye el riesgo de averías e, incluso, de sufrir accidentes.

Por este motivo, desde ALD Automotive hemos elaborado una lista de elementos que tienen que revisarse en el taller en función del desgaste, del kilometraje y/o de los años del vehículo, con el fin de contribuir a la prevención de incidentes en carretera y, por ende, al incremento de la seguridad vial y de la conducción eficiente.

Neumáticos: Es el elemento que une el vehículo a la calzada, por lo que es uno de los primeros en sufrir el desgaste por el uso habitual. Es necesario cambiarlo cuando la banda de rodadura no supere los 1,6 mm Siempre es recomendable hacerlo antes, para no llegar a este límite. En caso contrario, perderemos de forma progresiva adherencia y capacidad de frenada. Por supuesto, la presión del neumático hay que revisarla mensualmente.

Aceite: Aunque para evitar un desgaste prematuro del coche el cambio de aceite debe hacerse entre los 5.000 y 15.000 km, 20.000 km a lo sumo, no es el único criterio a tener en cuenta. El tiempo importa, ya que el aceite se deteriora en desplazamientos cortos por ciudad más que en trayectos largos en carretera e, incluso, con el vehículo parado.

Filtros: Además del aceite, para mantener el circuito libre de suciedad hay que cambiar el filtro de aceite con la misma frecuencia. En la misma línea, y también, al menos, una vez al año, es necesario cambiar el filtro de aire, crucial para evitar que entren impurezas en el motor.

Líquidos: Para que el vehículo esté en condiciones óptimas es importante revisar el nivel de líquido refrigerante cada año, aproximadamente, y se debe cambiar cada dos años y/o 40.000km, más o menos, ya que con el uso y el paso del tiempo va disminuyendo su capacidad de transmitir y regular la temperatura del motor, con el peligro que ello conlleva. También el líquido de frenos es importante reemplazarlo cada dos años, al menos, ya que la capacidad de frenado del vehículo se reduce considerablemente por el descenso del nivel y el deterioro del mismo.

Amortiguadores: Son fundamentales para mantener la estabilidad del vehículo, por eso es importante hacer una revisión alrededor de los 30.000 km y cambiarlos cuando el coche alcance los 60.000 km. Si dejamos unos amortiguadores con más de 100.000 km ya no amortiguan y ‘todo el trabajo’ se lo lleva el propio muelle de la suspensión. Por supuesto, siempre que el conductor note que el coche toma las curvas de forma extraña habrá que revisar los amortiguadores.

La correa de distribución: es una pieza fundamental del vehículo y una de las labores más importantes a tener en cuenta en el mantenimiento de un coche, ya que la rotura de la pieza ocasionaría problemas muy graves e irreversibles en el motor. Debe cambiarse en una horquilla de entre 60.000km y 160.000 km o cada 10 años, aproximadamente.

Otros elementos del vehículo que contribuyen al funcionamiento óptimo del mismo, como las luces o el aire acondicionado, también han de someterse a una observación continua por parte del conductor y a las revisiones periódicas de mantenimiento, siempre con el fin de garantizar la seguridad vial y la conducción eficiente y evitar posibles incidentes durante el trayecto.

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