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Un grupo de doce alumnos del colegio San Patricio de Madrid han invertido cerca de 150 horas de trabajo y 10 piezas nuevas en la conversión de un SEAT 600 de gasolina en eléctrico como parte de la asignatura de Tecnología Industrial.
Manuel Amor, profesor de dicha asignatura, propuso a sus alumnos esta tarea como forma de incentivar el estudio de la materia. Según Amor, “el SEAT 600 era perfecto porque, al pesar poco, se necesita menos batería y un motor más pequeño”.
Aunque el modelo utilizado conserva todas las líneas de diseño del original, en su interior aparecen elementos más comunes de los coches actuales que los de la época. Así, este 600 eléctrico incorpora, por ejemplo, una pantalla táctil o un control de luces automático. Según el profesor, “ha sido muy interesante ver cómo los estudiantes se imaginan el coche del futuro y cómo lo convierten en una realidad”.
El reto para los estudiantes no ha sido fácil, a que han tenido que crear todas las piezas de acople del motor desde cero para poder construir el nuevo propulsor eléctrico. De acuerdo con Manuel Amor, “gracias a la reutilización, reparación y el reciclaje de piezas y materiales, el proyecto ha sido un ejemplo de economía circular”.
El desarrollo de este modelo no ha estado exento de retos y complicaciones. Los alumnos del colegio San Patricio y su profesor se enfrentaron a fallos hasta en el momento de concluir el proyecto. “Cuando teníamos que entregar el coche, empezó a salir humo. Pensamos que todo estaba ya perdido. Por suerte, decidimos no tirar la toalla. En el momento en el que revisamos las conexiones, vimos lo que estaba mal y sustituimos el fusible que se había quemado”.
Desde que la marca española decidió comenzar la comercialización del 600 en 1957, este modelo ha sido uno de los más emblemáticos y apreciados del parque automovilístico de nuestro país. A los estudiantes, eso sí, les sorprendía especialmente que “una familia pudiera viajar allí dentro”.
