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El mantenimiento del motor suele ser el motivo más típico por el que los conductores visitan el taller. En todo esto surge una clara duda: ¿cuáles son los motores más baratos de mantener? ¿Serán los propulsores diésel o los gasolina? ¿Será otra tecnología? Aquí te resolvemos todas las dudas.
El paso por el taller siempre supone un trago amargo para cualquier conductor, pues supone el tener que rascarse el bolsillo y también quedarse sin la disponibilidad de uso que ofrece el vehículo. Por suerte, y lejos de las averías graves, las visitas más recurrentes son las que se realizan para las revisiones simples del vehículo. El margen de kilometraje en el que es aconsejable hacerlas depende del vehículo y el fabricante, pero sí que hay tres números que, a nuestro parecer, son fijos. 60.000, 120.000 y 240.000 kilómetros.
Un estudio realizado por un comparador de precios de talleres ha analizado el coste de mantenimiento medio en estas franjas kilométricas para vehículos con tecnología diésel y gasolina. Los resultados son tan igualados como sorprendentes, ya que no se destaca ninguna diferencia económica sustancial.
Diferencia de poco más de 10€ a lo largo de la vida útil del vehículo
La suma del gasto del mantenimiento de los vehículos diésel es de 753,73 € mientras que en el caso de los de gasolina se cifra en 740,85 €. La diferencia es poco notoria en general, y es una tendencia que se mantiene cuando se analiza de manera pormenorizada.
En la revisión de los 60.000 km, la diferencia es positiva para los que funcionan con gasolina, la siguiente (120.000 km) favorece a los vehículos diésel, y la visita al taller recomendable cuando la cifra se acerca al cuarto de millón de kilómetros recorridos tiene un precio prácticamente similar.
Mientras que el mantenimiento de los vehículos de combustión tiene un coste agregado que ronda los 700€, la simplicidad mecánica de los eléctricos hace que el mantenimiento de estos vehículos sea claramente inferior. Esto les hace los ganadores absolutos.
