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Esta pandemia que estamos sufriendo está afectando a todos los sectores y empresas, el principal objetivo es colaborar con la Administración en la mejor gestión posible de la emergencia sanitaria, todos los sectores de producción y servicios de nuestro país están adoptando medidas extraordinarias que velen por la salud de sus trabajadores y que minimicen el impacto económico de sus industrias una vez finalice esta situación excepcional.
La industria y el sector servicios de nuestro país están adoptando fuertes medidas de seguridad y solidaridad para luchar contra el coronavirus. Ante el cierre temporal obligado de fábricas y comercios, muchas empresas han tenido que plantear ERTEs, pero otras, en las que es posible, han enviado a sus empleados a teletrabajar desde casa e, incluso, algunas han transformado su actividad y han puesto a sus fábricas y a sus trabajadores a producir material sanitario para abastecer a los hospitales. Además, empresas de diversos sectores han donado al sistema las herramientas de trabajo que utilizan habitualmente, como gafas, guantes, trajes impermeables o aislantes y mascarillas.
Un buen ejemplo de ello es el sector de la automoción donde, a pesar de los ERTEs anunciados por varias marcas automovilísticas debido a la paralización total de la producción y que podrían afectar en las próximas semanas a un total de 60.000 trabajadores de las distintas factorías de motor y a 230.000 proveedores, son muchas las compañías y muchos los empleados que están poniendo a disposición del Gobierno su talento y sus herramientas para fabricar el material sanitario necesario que permita hacer frente al COVID-19 con éxito. Entre las iniciativas más destacadas, cabe señalar la fabricación de mascarillas con impresoras 3D por parte de trabajadores de Renault desde sus propias casas o la fabricación de respiradores en la planta de Seat con un motor de limpiaparabrisas y piezas 3D.
Otros sectores también han reorientado su producción durante esta crisis: sobre todo, las compañías tecnológicas, que están fabricando respiradores y ventiladores para las UCI; la industria textil, del calzado y de la moda, que está produciendo batas y mascarillas de uso sanitario; y el sector de la cosmética y la industria de bebidas, que han transformado su actividad habitual para producir geles, desinfectantes y soluciones hidroalcohólicas de forma masiva para el sector sanitario.
Esta crisis ha puesto al tejido empresarial al servicio de la Sanidad, pilar fundamental para superar con éxito esta emergencia. Pero no solo los sanitarios están haciendo una labor encomiable durante el Estado de Alarma; el sector primario y la industria alimentaria son un aval de la estabilidad social al garantizar con su trabajo y sobreesfuerzo el abastecimiento de alimentos y productos básicos en los supermercados de todo el territorio nacional. Y con ellos, todos los empleados de las empresas de logística y paquetería, que estos días se exponen para garantizar que aquellos que están en cuarentena puedan ver cubiertas sus necesidades gracias a la expansión y consolidación del comercio electrónico.
Asimismo, resulta esencial el desarrollo del teletrabajo en el sector servicios durante estos días que, aunque se ha implantado de forma abrupta por la crisis epidemiológica, está funcionando como un salvoconducto para evitar el paro total del país y se postula como una alternativa real un vez que España venza en esta guerra al coronavirus. Para ello, las compañías de telecomunicaciones trabajan también contrarreloj con el fin de implementar una mejora en el tráfico de datos y en los servicios ofrecidos.
Es indudable que la crisis del COVID_19 abre una época de incertidumbre en España y en el resto del mundo, pero si algo ha dejado claro esta emergencia es que somos un país fuerte, solidario y comprometido; con amplias posibilidades de reinventarse y con gran capacidad de adaptarse a las circunstancias, por más adversas que sean. ¡Ánimo!
