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De la A la Z: glosario rápido para entender la movilidad eléctrica

Según los cálculos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en el 2022 se vendieron más de diez millones de vehículos eléctricos en todo el mundo. Este año que entra en su recta final, la cifra se espera que supere los catorce millones, un incremento del 35 %.

Con esos datos –y los de años anteriores– en la mano, podemos constatar que la movilidad eléctrica está cada vez más en la calle… y en nosotros mismos. Los medios de comunicación y la publicidad han sucumbido a sus encantos, pero también se ha colado en nuestras conversaciones: ya no arqueamos la ceja cuando un compañero nos dice que en sus vacaciones conoció un pueblo que le encantó mientras esperaba a que se recargase la batería de su coche.

Una nueva forma de movernos también implica una nueva forma de hablar, pues el vocabulario que necesitamos es cada vez más amplio y abarca términos que quizá aún nos siguen sonando un tanto extraños, o que no sabemos bien a qué se refieren. Para empezar a ponerle solución, aquí te dejamos un pequeño glosario de términos para entender cualquier conversación sobre movilidad eléctrica.

Baterías

Son dispositivos que acumulan energía eléctrica que se traduce en el movimiento del vehículo. Evidentemente, es un componente clave en los coches eléctricos: determina la autonomía, gestiona la energía del motor, influye en el peso y diseño… Están compuestas de un sofisticado sistema de celdas con capacidades de voltaje y corriente específicas. Existen diferentes tipos de baterías en función de los materiales de los que se compone, por ejemplo las de plomo-ácido –fiables, pero de tecnología antigua y carga lenta– o las de iones de litio, las más avanzadas, con excelente rendimiento y vida útil, que permiten mayor número de ciclos de recarga.

BEV, HEV y PHEV

Estas siglas hacen referencia a los principales y diferentes tipos de vehículos eléctricos que hay en el mercado. Estos son los principales, aunque encontramos también otras siglas como REEV (Range extended Electric Vehicle, vehículo eléctrico de autonomía extendida), FCEV (Fuel Cell Electric Vehicle, vehículo eléctrico de célula de combustible) o HICEV (Hidrogen Internal Combustion Engine  Vehicle, vehículos propulsados por hidrógeno).

  • BEV (Battery Electric Vehicle): vehículo eléctrico puro, propulsado por uno o varios motores eléctricos.
  • HEV (Hybrid Electric Vehicle): vehículo híbrido que combina un motor eléctrico y uno de combustión. Ambos funcionan en conjunto con una batería de alta tensión y, dependiendo de la situación, van alternando el motor de combustión y el eléctrico, o los dos. Estos vehículos se autorrecargan, pero tienen menor autonomía en eléctrico y su motor principal. Las emisiones de un coche híbrido suelen rondar los 120 gramos de CO2 por kilómetro.
  • PHEV (Plug-in Hybrid Electric Vehicle): vehículo híbrido enchufable, que funciona igual que el anterior, pero la energía del motor eléctrico se adquiere a través de la conexión a un punto de recarga, por lo que necesitan conectarse a la red. Su autonomía es mayor y pueden circular 100% en modo eléctrico. Las emisiones de este tipo de coches suelen rondar los 30 gramos de CO2 por kilómetro.
Carga

Hace referencia al proceso por el que las baterías vuelven a cargarse para que el vehículo eléctrico pueda seguir funcionando. Existe la carga lenta, que permite la carga con un enchufe doméstico de pared (que comprende los 16 amperios o 230 voltios), y que tarda aproximadamente entre 6 y 8 horas dependiendo de la capacidad de la batería. Es el tipo que empleamos en los puntos de recarga que instalamos en los hogares.

También existe la carga rápida, que es la que se realiza habitualmente en los puntos de uso público, ya sean los puntos instalados en las ciudades, los centros comerciales o las electrolineras. Los cargadores específicos de corriente continua de 50kW permiten llenar, aproximadamente, el 80% de la batería del coche en unos treinta minutos. Aunque aún no son muy frecuentes, existen puntos de recarga ultrarrápida capaces de hacerlo en cinco o diez minutos.

Ciclo de vida

Se refiere al número de ciclos de carga y descarga de una batería o, a lo que es lo mismo, a su durabilidad. Depende de diversos factores como la calidad de los componentes, del rendimiento del vehículo…  De media, la vida útil de la batería de un coche eléctrico es de unos ocho años o 150.000 kilómetros.

Conectores

Son los enchufes que se introducen en la toma del coche para conectarlo a la corriente. No existe un conector universal, pero los más habituales son el CCS o Mennekes (el estándar europeo, el más habitual sobre todo en los híbridos enchufables), el Combo (el conector de carga rápida europeo) y el Chademo (conector japonés de carga rápida).

Electrolinera

Son las estaciones de servicio que permiten recargar los coches eléctricos o híbridos. El precio de recargar en uno de estos puntos puede variar según el operador, el tipo o la velocidad de carga pero, aproximadamente, el coste oscila alrededor de los 0,50 euros por kWh. Así, una recarga de 40kWh costaría unos veinte euros.

Etiquetas

Son los distintivos ambientales que otorga la Dirección General de Tráfico para clasificar los vehículos en función de sus emisiones, de cara a regular su acceso en las áreas urbanas restringidas (por ejemplo, zonas de bajas emisiones). Existen diferentes tipos que se pueden conseguir en la oficina de Correos:

  • Etiqueta 0 (azul): para los vehículos que pueden recorrer hasta 40km sin emisiones y con una sola carga. Se concede a los vehículos eléctricos, a los híbridos con autonomía suficiente, a los REEV (eléctricos de autonomía extendida), FCEV (eléctricos de célula de combustibles) y vehículos de combustión de hidrógeno.
  • Etiqueta Eco (azul y verde): se concede a híbridos enchufables con autonomía eléctrica inferior a los 40 km, a los híbridos o a los vehículos propulsados por gas. Deben cumplir los criterios de la etiqueta C.
  • Etiqueta C (verde): para vehículos con motor de combustión interna matriculados después de 2006 (gasolina) o 2014 (diésel) que cumplen con la legislación europea correspondiente en materia de emisiones (Euro 4, 5 y 6 gasolina y Euro 6 diésel).
  • Etiqueta B (amarilla): vehículos de gasolina (2001) o diésel (2006) que cumplen las normas Euro 3 de gasolina o la Euro 4 y 5 diésel.
  • Etiqueta A (sin etiqueta): vehículos antiguos que no cumplen ninguna legislación anterior en materia de emisiones. Actualmente, la DGT estima que un 30% del parque automovilístico español se encuentra en esta situación y, por tanto, no puede circular por las zonas de bajas emisiones.
Tierras raras

Detrás de este concepto se encuentran materiales clave para la movilidad sostenible: son imprescindibles para fabricar las baterías de los coches eléctricos. Son elementos cuyos yacimientos son difíciles de encontrar, pero que cada vez son menos raras porque, además de para los coches, se utilizan en las baterías de todos los dispositivos electrónicos que tenemos en casa. Actualmente, China tiene el dominio indiscutible: el 98% de las tierras raras que compra la Unión Europea proviene del gigante asiático, aunque está buscando formas para reducir ese porcentaje.

Dentro de las tierras raras se clasifican diecisiete elementos químicos de la tabla periódica: lantano (La), cerio (Ce), praseodimio (Pr), neodimio (Nd), prometio (Pm), samario (Sm), europio (Eu), gadolinio (Gd), terbio (Tb), disprosio (Dy), holmio (Ho), erbio (Er), tulio (Tm), iterbio (Yb), lutecio (Lu), escandio (Sc) e itrio (Y).

ZONA DE BAJAS EMISIONES

Las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) son áreas urbanas en las que se establecen restricciones de acceso a determinados vehículos conforme a su clasificación según su etiqueta ambiental. Te contamos más sobre ellas aquí.

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