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La marca checa Skoda ha dado un nuevo paso en su particular historia al convertirse en una de las más longevas en activo en la industria automovilística mundial, al cumplir 125 años.
La historia de esta marca, ahora perteneciente al Grupo Volkswagen, parte de poco antes de las navidades de 1895, cuando el mecánico Václav Laurin y el librero Václav Klement decidieron fundar un taller de reparación y fabricación de bicicletas en la ciudad checa de Mladá Boleslav.
Ambos fundadores estaban unidos por su pasión por el ciclismo, por lo que decidieron ofrecer a sus clientes los mejores materiales posibles sin que ello significase renunciar a un precio asequible. En un principio, en este taller trabajaban solo tres personas, aunque solo un año después ya contaban con una plantilla de 21 trabajadores, que fabricaban cinco modelos distintos de bicicletas bajo el nombre Slavia.
Ya en 1899, Laurin y Klement percibieron un aumento en la demanda de vehículos de movilidad personal, y decidieron comenzar la producción de motocicletas bajo la marca L&K, los modelos A y B. Lo cierto es que el éxito sorprendió pronto a estos dos emprendedores, que vieron que sus pedidos aumentaban en países como Alemania o Gran Bretaña. Sus motos, además, obtuvieron muy buen rendimiento en distintas competiciones, como la carrera París-Berlín, en la que se impuso Narcis Podsednícek.
Para encontrar el primer automóvil de su historia habría que esperar hasta 1905, cuando se produjo el lanzamiento del Laurin & Klement Voiturette A, capaz de moverse a velocidades de hasta 40 km/h. L&K también pasaría a la historia como la marca que fabricó el primer modelo con motor de ocho cilindros en Europa, el Tipo FF de 1907.
En 1925 se produciría uno de los hechos más relevantes de la historia de la marca: su fusión con el grupo de ingeniería Skoda, localizado en la ciudad de Pilsen. Una fusión que serviría para convertir las instalaciones de Mladá Boleslav en un moderno centro de producción, de la que saldrían populares modelos como el Rapid, Favorit o el Superb.
Coincidiendo con la Segunda Guerra Mundial, Skoda fue nacionalizada, aunque ello no impidió que se continuasen desarrollando modelos como el primer Octavia, ya en 1959, o el descapotable Felicia.
Ya en 1991 se produjo otro importante hito en la historia de la marca. El Grupo Volkswagen adquiría la marca, que se convertía así en la cuarta que se unía al conglomerado empresarial alemán. Actuales modelos como el híbrido enchufable Superb IV o el CitigoE IV, totalmente eléctrico, son herederos de la cultura automovilística de una marca centenaria.
