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Prevención de siniestralidad

El número de accidentes in itinere, esto es, de camino o de vuelta al trabajo, no deja de aumentar. la prevención y la capacidad de reacción acaban siendo clave en la salud laboral de miles de españoles. Se estima que, durante 2016, se produjeron más de 47.600 accidentes en los que estaban implicados trabajadores que, o bien se desplazaban a sus lugares de trabajo, o regresaban de él. Los conocidos como accidentes “in itinere” se han convertido, así, en uno de los problemas de salud laboral más importantes en nuestro país, debido no sólo al importante impacto económico que conlleva hacia las empresas –independientemente de su tamaño–, sino también, como es evidente, por los posibles daños personales que se producen en ellos. A todo ello, además, hay que añadir también los accidentes en misión, es decir, aquellos que se producen dentro de la jornada laboral del trabajador.
Los vehículos de renting no son ajenos a esta problemática, ya que, en multitud de ocasiones, su tiempo de utilización supera con creces el de los vehículos particulares. Así, a mayor tiempo de presencia en carretera, el riesgo de sufrir cualquier tipo de percance aumenta exponencialmente.

La prevención, clave

Lo cierto es que no todos los posibles accidentes son completamente inevitables, aunque la prevención acaba resultando vital en multitud de ocasiones. Identificar, en este sentido, los principales riesgos a los que se enfrenta el conductor, facilita la aplicación de medidas encaminadas a eliminar, o al menos mitigar, algunos de estos factores. Así, detalles como la fatiga, la inexperiencia, el consumo de alcohol o sustancias estupefacientes, o la falta de atención, dependen del propio conductor. Otros factores, como el estado de la vía o de la señalización vial, son achacables a las administraciones públicas. Pero no hay que olvidar el mantenimiento del vehículo, o lo que resulta aún más importante, la aplicación de políticas de educación en seguridad vial, que deben pasar por las empresas.

Tres de cada cuatro accidentes de tráfico tienen su origen en fallos humanos

Pero según las estadísticas de la DGT, tres de cada cuatro accidentes están provocados por fallos humanos, esto es, por circular con velocidades inadecuadas, invasiones de carril indebidas o la práctica de maniobras prohibidas. Por ello, la aplicación de determinadas medidas preventivas cobra especial importancia:

  •  Uso del cinturón de seguridad. Aunque su porcentaje de utilización ha evolucionado muy favorablemente, es importante recordar la obligatoriedad de su colocación independientemente de la duración del trayecto. Es más, es en distancias cortas en las que se producen un número mayor de incidentes por no utilizarlo.
  •  Eliminación de distracciones. Accionar la radio o el navegador GPS de forma continuada, beber o comer al volante o utilizar el teléfono móvil mientras se conducen son sólo algunos de los riesgos presentes al volante, y que tienen fácil prevención. Además, resulta muy importante conducir con las dos manos al volante para contar con una mayor capacidad de reacción en caso de imprevisto.
  • Respeto a la normativa de tráfico. Uno de los mayores riesgos de sufrir un accidente se produce por la circulación a una velocidad superior a la adecuada. A ello hay que sumar la ausencia de una distancia de seguridad respecto al vehículo precedente, que multiplica la posibilidad de sufrir daños materiales y personales. La adecuada señalización de las maniobras que se realizan -uso de intermitentes- también es un factor muy importante.
  • Eliminación de factores de riesgo. El consumo de medicamentos que puedan provocar somnolencia, de alcohol o drogas, o la conducción en situaciones de estrés o fatiga, suponen un importante riesgo para el conductor. En este sentido, el consumo de bebidas estimulantes con gran concentración de cafeína sólo enmascara los síntomas de la fatiga, por lo que es más que recomendable aumentar el descanso. La ventilación adecuada del vehículo, la utilización de prendas de ropa correctas y cómodas -en invierno es importante no conducir con el abrigo puesto- y la regulación de la postura de conducción, contribuyen a disminuir las posibilidades de accidente.

¿Y si ocurre un accidente?

No siempre es posible evitar el accidente, a pesar de haber aplicado todas las medidas preventivas posibles. En esos casos, resulta tremendamente importante reaccionar adecuadamente, y aplicar desde el primer momento el protocolo PAS (proteger la zona del accidente, avisar a las autoridades y socorrer a las posibles víctimas si las hubiese). En todo caso, es importante evitar, en la medida de lo posible, dificultar la circulación en la vía apartando el vehículo fuera de la calzada –así se evitan, también, posteriores accidentes–, señalizar correctamente la presencia de los vehículos afectados y priorizar la seguridad personal por encima del factor material.

Parte amistoso de accidente

Si el daño se ha producido únicamente en el vehículo, es necesario rellenar el parte de accidente si existe buena voluntad entre las partes, identificando los daños materiales sufridos, que debe ser firmado en el momento por todas las partes implicadas. Si no hay acuerdo, es importante avisar lo antes posible a las autoridades para que puedan levantar el correspondiente atestado, tomando fotografías sobre las consecuencias del incidente, así como anotando los datos de contacto de los posibles testigos que hayan presenciado la colisión. Su testimonio podría resultar tremendamente importante en caso de acciones legales para dilucidar en cuál de las partes recae la responsabilidad.

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