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Las altas temperaturas y la radiación del sol son dos grandes enemigos para tu coche en época estival. Por eso, unos cuidados extra, nunca están de más.
Cuando llega el verano, existen tres elementos del coche que pueden verse especialmente afectados por las altas temperaturas: la carrocería, el interior y la mecánica. No obstante, si sigues las recomendaciones que te dejamos a continuación, el calor no será un problema para tu coche.
Comenzando por el exterior, tu carrocería agradecerá enormemente que aparques a la sombra, para evitar que la radiación solar incida directamente sobre la pintura. También deberías limpiar rápidamente los excrementos de los pájaros y la resina de los árboles: en cuanto les de el sol, ambos podrían dañar el barniz de la pintura.
Eso nos lleva al siguiente consejo: lava el coche con mayor frecuencia. Así, además de los problemas anteriores, si estamos en una zona de costa, eliminaremos el salitre y la arena que se han depositado sobre la carrocería.
En lo que al interior respecta, es muy importante colocar el parasol. Así, además de minimizar el recalentamiento del habitáculo, evitaremos que la luz solar incida directamente sobre el salpicadero, el volante y los asientos. De esta forma evitaremos quemarnos al acceder al vehículo y, además, evitaremos un envejecimiento prematuro de los materiales plásticos del interior.
En cuanto a la mecánica, lo más importante es revisar el estado de frenos, neumáticos y todos los niveles antes de emprender un largo viaje. Por otro lado, no está de más evitar viajar a las horas más calurosas del día: así minimizarás la posibilidad de que la temperatura del motor suba en exceso.
Aunque tal vez, en este último punto, el mejor consejo sea que lleves al día el mantenimiento de tu coche antes de desplazarte en verano. Así podrás proteger a tu coche en los días más calurosos.
