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La movilidad eléctrica ha continuado atascada en la primera mitad del año, según se revela en una nueva edición del Barómetro de la Electro-Movilidad que ha presentado la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC).
De acuerdo con este informe, durante los seis primeros meses del año, España solo ha crecido nueve décimas en el indicador global de electro-movilidad, que valora la penetración de vehículos electrificados y la instalación de infraestructuras de recarga, con una valoración de 17,1 puntos sobre 100 posibles.
Esta calificación se sitúa muy por debajo de la media europea, que se establece en 34 puntos sobre 100, y que ha marcado un crecimiento de cuatro puntos durante los seis primeros meses del año.
Según José López-Tafall, director general de ANFAC, “la demanda de electro-movilidad está creciendo, con una oferta disponible de modelos cada vez más amplia, pero es necesaria una dotación mayor para las ayudas de compra, y convertir la instalación masiva de infraestructuras de recarga en un proyecto de país, para que se desarrolle al nivel que necesitan los objetivos de descarbonización del parque en 2050”.
Cataluña y Madrid son las dos comunidades autónomas españolas que encabezan el ránking de electro-movilidad, con 24,2 y 21,1 puntos sobre 100 respectivamente. País Vasco asciende a la tercera posición con 18,1 puntos, en detrimento de Asturias, que pierde más de cuatro puntos en el segundo trimestre, algo causado, especialmente, por el estancamiento en el número de estaciones de carga rápida.
Respecto al panorama europeo, en el segundo semestre, a pesar del crecimiento de nueve décimas, España continúa en una posición no demasiado favorable, perdiendo una posición en el ranking a favor de Italia, lo que hace que ahora pase a ocupar la penúltima posición, solo por encima de la República Checa. Este segundo trimestre se ha visto lastrado por la caída de ventas causada por la crisis del Coronavirus. A pesar de la reapertura de los mercados después de la crisis y del aumento progresivo de la demanda, España no ha logrado alcanzar el ritmo de crecimiento del resto de países europeos, que obtienen una media de 39 puntos sobre 100, casi seis puntos más que en el periodo anterior.
