Así son los radares de peso y ruido que ya funcionan en algunas ciudades

Además de los radares de velocidad, llegan nuevos tipos de radares que las autoridades están instalando en muchas zonas del mundo. Así son los radares de peso y ruido que ya funcionan en algunas calles y carreteras.

Además de la velocidad y las emisiones contaminantes, el ruido y el peso van a estar bajo la lupa de las autoridades de tráfico de todo el mundo. Ambos se han convertido en un problema en las grandes ciudades y algunas de ellas ya han tomado medidas. Así son los radares de peso y ruido que ya funcionan en algunas ciudades. Y no se descarta que la DGT o los distintos ayuntamientos puedan ponerlos en marcha en España.

Sin ir muy lejos, en el país vecino, Francia han aprobado cobrar una tasa extra solo por aparcar los coches más pesados. A partir de enero de 2024, la tarificación para aparcar en la capital parisina estará ligado no solo a la motorización sino también al peso y el tamaño de los vehículos. En la ciudad gala de Lyon, por su parte, se tarifica en función del peso de los mismos Teniendo los coches de menos de 1.000 kg una tarifa reducida (en el caso de los eléctricos hasta 2.200). Siendo la de los modelos más pesados 25 euros más caro que estos.

Nueva York por su parte ha ido más lejos y ha instalado sensores en la autopista de Brooklyn-Queens para controlar el peso de los camiones y los vehículos comerciales, multando a los vehículos que circulen con un peso autorizado superior al permitido. Se trata de un radar pionero en todo el mundo que tiene la capacidad de calcular el peso de los vehículos. Tanto el peso bruto como el peso por eje de todos los vehículos sin tener que detenerlos y pesarlos de manera individual. Unas cámaras identifican el vehículo y les ponen de forma automática la multa.

Los radares de ruido

El ruido es otro de los grandes problemas del tráfico. Por eso en algunas ciudades se han comenzado a implementar radares de ruido que miden el ruido que emiten los coches y las motos al circular pudiendo multar a los coches que excedan de unos niveles permitidos. Funcionan en Londres o París. También en Ámsterdam, que todavía lo utiliza en fase de pruebas en sus calles. La multa llega hasta los 280 euros. Para ello se valen de una caja que contiene hasta 4 micrófonos en su interior que se valen de sensores para detectar de donde viene el sonido y realizan una foto al vehículo infractor.

Pero también funcionan en Barcelona. De momento en fase de pruebas. Está situado en la carretera C-31 y se encarga de medir el ruido de los vehículos y analizar sus consecuencias. Y ya pone multas.