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Porsche podría dar de forma inminente el salto a un segmento hasta ahora desconocido para ellos, como es el de los SUV. Eso parece desprenderse del libro “Porsche Unseen” que, entre otros detalles, refleja la creación de hasta 15 prototipos distintos que muestran las líneas maestras que seguirá la compañía alemana en un futuro, con un importante cambio en lo que a diseño de interiores se refiere.
Uno de estos modelos ha llamado especialmente la atención a prensa y amantes de la marca de Stuttgart. Se trata del Porsche Vision Renndienst, uno de los 15 prototipos que la marca alemana diseñó en secreto entre los años 2009 y 2015, un monovolumen con capacidad para hasta seis pasajeros que presenta un interior de lo más revolucionario, con elementos nunca vistos hasta el momento.
El Porsche Vision Renndienst es un monovolumen 100% eléctrico con aspecto de transbordador espacial que apuesta por una cabina repleta de tecnología y soluciones de última generación de todo tipo. Su nombre hace referencia al Volkswagen Transporter Renndienst, un vehículo que cumplió la labor de coche de apoyo a los modelos de competición de la marca.
Su aspecto exterior también recuerda al Volkswagen I.D. Buzz Concept, un modelo que rinde tributo a las primeras Volkswagen Transporter. Por todo ello, no sería descabellado pensar en un salto a un segmento de vehículos que hasta ahora había sido inexplorado por la marca de Stuttgart.
Según Michael Mauer, director de diseño de Porsche, “hemos pensado cómo conseguir el inconfundible aire de Porsche en un habitáculo muy alejado del clásico interior de un deportivo, y cómo diseñar así la conducción autónoma”. En relación a este segundo caso, parece claro que la firma alemana piensa que sus clientes no querrán renunciar a la presencia de un volante tradicional, por lo que lo mantienen en el salpicadero. De la misma forma, su cabina modular presenta un único asiento en la primera fila, que puede girarse hasta 180º para tomar los mandos y orientarse cuando se desee de cara a otros pasajeros.
Los vidrios laterales presentan, por su parte, un diseño asimétrico, de forma que un lado está completamente cerrado, mientras que el otro cuenta con una amplia ventanilla para disfrutar de las vistas exteriores. “Cuando cerramos las puertas, el habitáculo da la sensación de ser una cápsula protectora”, según indica Markus Auerbach, director de diseño de interiores.
La sensación de amplitud y espacio es otro de los puntos más destacables en el diseño de este monovolumen conceptual. Los pasajeros de la primera fila se sientan de derecha a izquierda. Disfrutan de una vista sin ningún tipo de obstáculos hacia delante y hacia sus propias pantallas situadas en el salpicadero. Los reposacabezas de la banqueta trasera, por su parte, son flotantes, con lo que permiten mirar libremente por la luneta posterior.
Auerbach apunta, sobre este concepto de salón par el habitáculo que “visto desde fuera, un Porsche es una escultura, una obra de arte. El habitáculo añade otra dimensión. Los automóviles cuyo interior no tienen fuerza sobreviven poco tiempo porque no es posible establecer un vínculo emocional con ellos”.
