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¿Cuántos tipos de lunas para el coche existen?

Las lunas son uno de los elementos de seguridad más importantes: protegen a los de los elementos del exterior mientras se circula y ayudan a mantener una temperatura adecuada.

Aunque todas las lunas o parabrisas puedan parecer iguales a simple vista, lo cierto es que encierran más tecnología de lo que cabría esperar. Tanto para proteger a los ocupantes, como para ayudar al correcto funcionamiento de los sistemas ADAS de ayuda a la conducción.

Además, dependiendo de la parte del coche en la que estén montadas, cada una de las lunas de un automóvil está construida de una manera determinada. De esta forma puede cumplir con una mayor eficacia su función.

Por ejemplo, las lunas templadas se montan en las puertas y en las lunas traseras. Por lo general cuentan con una sola capa de vidrio de 5 mm de grosor, aunque en algunos vehículos premium esa anchura puede ser del doble, para aislar mejor del exterior. Estos cristales se endurecen a temperaturas de 600 grados. Así se consigue que sean muy resistentes a impactos y, a la vez, que se rompan en trozos muy pequeños.

Aunque, tal vez, las más avanzadas sean las lunas laminadas que se usan en los parabrisas. Estos cristales están construidos con una capa de vidrio exterior, una lámina de plástico intermedia y otra capa de vidrio interior. Es un tipo de vidrio más flexible que el templado: por su construcción se agrieta, pero no llega a romperse y, por tanto, protege a los ocupantes ante el impacto de un objeto en el parabrisas.

Pero además de las características propias de su método de fabricación, los vidrios de un automóvil pueden tener otras propiedades. Un buen ejemplo son las lunas tintadas, en cuya fabricación se ha añadido un color. O bien, las lunas electrocrómicas, capaces de oscurecerse y aclararse automáticamente en función de los rayos solares.

Por otro lado, las lunas atérmicas encierran una gran carga tecnológica. De hecho, están tratadas para evitar deslumbramientos y mantener la temperatura en el habitáculo. Para ello, se colorean ligeramente con óxidos metálicos que resultan imperceptibles a simple vista. Sin embargo estos son capaces de absorber radiación ultravioleta y, por tanto, filtran la cantidad de rayos solares y el calor que llega al habitáculo. Este tipo de tratamiento podría interferir en la señal GPS. Por eso, este tipo de lunas cuenta con un área sin tratar en la zona del retrovisor central.

Por último, las lunetas térmicas son un vidrio templado que incorpora un sistema de calefacción, integrado en el propio cristal, y suelen montarse en la luna trasera.

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