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Hay averías que detectadas a tiempo pueden ahorrarnos mucho dinero. Y la Inspección Técnica de Vehículos puede ayudarnos a ello. Estas son las averías más costosas que te puede evitar la ITV.
La Ley obliga a los vehículos a pasar la ITV cada cierto tiempo. En el caso de los turismos, a partir del cuarto año, cada dos, y anualmente, a partir de los diez años de antigüedad. No hacerlo a tiempo es motivo de sanción, entre otras consecuencias, de 200 euros o incluso de 500 euros. Pero más allá de la propia sanción, pasar la ITV puede servir para detectar a tiempo problemas mecánicos que puedan suponernos un gran desembolso a posteriori. Esto es lo que ha concluido un informe de la Federación Española de Empresarios de Talleres de Automoción (CONEPA). Estas son las averías más costosas que te puede evitar la ITV.
El informe ha analizado los importes medios de algunas averías detectables durante la ITV de los modelos más vendidos en la anterior década, dándole un valor económico a defectos o averías que de persistir en el tiempo hubieran (o han) ocasionado unos costes más elevados. En un parque tan antiguo como el nuestro, que tiene de media más de 14 años, el mantenimiento se vuelve mucho más importante que nunca. Y la detección a tiempo de averías es crucial.
Así, destacan, por un lado, las averías relacionadas con el sistema de frenado. La detección de unas fuerzas de frenado en el tren delantero por debajo del rango establecido, un desgaste anómalo de las pastillas o su incorrecta fijación habla de la necesidad de cambiarlas. Cuando el desgaste es excesivo durante un largo periodo de tiempo, puede llegar a dañar los discos, con lo que en vez de los 130 euros de media por el cambio de las pastillas pasaríamos a cerca de 400 euros de coste medio.
Una avería muy común, especialmente entre los vehículos de cierta antigüedad, es la pérdida de combustible. Detectar a tiempo una fuga de aceite puede solucionarse con la sustitución de la junta correspondiente. Pero si no se hace a tiempo, las consecuencias de circular con un nivel bajo de lubricante pueden ser muy graves para el motor.
El primer elemento afectado es el turbocompresor –en los modelos que disponen de él-. Si éste llegara a romperse y tuviéramos que sustituirlo, nos encontraríamos con que tendríamos que realizar un desembolso medio de más de 1.300 euros. Nada que ver con la sustitución de la junta correspondiente que cuesta entre 1 y 100 euros, dependiendo de la que se trate.
Pero si la avería fuera a más, la falta de lubricante podría llegar a afectar al conjunto motor. Su sustitución puede conllevar tener que sustituirlo y el coste medio es de 6.383 euros. Si lo comparamos con el precio de la sustitución de la junta, la diferencia es abismal.
