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El hidrógeno verde gana adeptos frente al coche eléctrico

El coche eléctrico se alza, actualmente, como una de las alternativas más demandadas y viables para conseguir una eficiente transición energética y avanzar hacia la sostenibilidad del sector de la automoción. No obstante, en el camino que Europa ha empezado a recorrer en este aspecto, el hidrógeno verde consigue cada vez más posiciones, situándose como un eje fundamental y una de las mayores apuestas en tormo a un sistema energético que sea climáticamente neutro para 2050.
¿Qué es el hidrógeno verde?

El hidrógeno verde, también conocido como hidrógeno renovable, es el elemento químico más abundante del planeta. Está presente en el agua, cubre un 71% de la superficie terrestre, pero no está disponible de forma libre en el medio ambiente. Por ello, primero es necesario liberarlo de otros elementos y, para llevar a cabo esa separación y disponer de hidrógeno libre, es necesario realizar algunos procesos y gastar energía en ellos.

Así, la diferencia con el hidrógeno convencional es que el hidrógeno verde o sostenible se obtiene a partir de agua y electricidad procedentes de fuentes renovables. Este elemento no se puede obtener directamente de la naturaleza en su estado puro, por lo que es necesario generarlo, y dependiendo del método de obtención empleado, se determinará si el hidrógeno es un combustible limpio o no.

El potencial del hidrógeno en la lucha contra el cambio climático está en su capacidad para sustituir a los combustibles fósiles en aquellas aplicaciones con mayor complejidad de descarbonización, como pueden ser el transporte marítimo y aéreo o algunos procesos industriales. Además, también tiene un gran potencial como sistema de almacenamiento de energía estacional, acumulándola durante periodos largos de tiempo que después puede ser utilizada a demanda.

La pila de combustible y el hidrógeno verde

La pila de combustible es el eje principal del sistema de propulsión de un coche de hidrógeno. Allí se une el hidrógeno almacenado en unos tanques específicos con oxígeno y, mediante una reacción química, se convierte en energía eléctrica que se acumula en una pequeña batería. Esta electricidad alimenta un motor eléctrico que impulsa las ruedas, como un coche eléctrico convencional.

Así, este tipo de vehículos solo emiten vapor de agua, tienen gran autonomía y repostan rápidamente. Las estaciones de repostaje, conocidas como hidrogeneras, funcionan de manera muy similar a las tradicionales, a través de un surtidor con una manguera que se introduce en el depósito del coche.

Por esta razón, el coche de hidrógeno es una alternativa también sostenible a los motores de combustión interna.

Verde, azul y gris: los diferentes tipos de hidrógeno

No obstante, dependiendo del tipo de hidrógeno empleado para alimentar la pila de combustible, este tipo de vehículos será más limpio o menos, ya que además del hidrógeno verde, también existe el hidrógeno azul, que se obtiene a través de combustibles fósiles, pero con la capacidad de capturar y almacenar las emisiones de CO2, y el hidrógeno gris, que se produce empleando gas natural, lo que lo hace el más económico, pero también el menos sostenible.

Por su parte, en el mundo de la automoción, la pila de combustible e hidrógeno se ha convertido en la alternativa a las baterías. El hidrógeno es sencillo de transportar y acumular presurizado, puede repostarse y puede transformarse en energía eléctrica con un dispositivo relativamente compacto y ligero para alimentar un motor eléctrico y, por ende, para conseguir que un coche se mueva. Aunque en la actualidad el coche eléctrico de baterías sea el más extendido, en el futuro asistiremos a un escenario en el que ambas tecnologías convivirán.

Ventajas del hidrógeno verde como combustible

Actualmente, existen alrededor de 11.200 automóviles impulsados ​​por hidrógeno en las carreteras de todo el mundo, una cifra muy por debajo de los 2,5 millones de vehículos que se han fijado organismos gubernamentales como objetivo para el 2030. Se trata de una meta que representa un desafío mayúsculo, más aún porque se debe superar un obstáculo clave como lo es su elevado coste; ya que producir este tipo de hidrógeno es caro.

Pese a ello, algunas ventajas del coche de hidrógeno verde, vistas desde el plano teórico y futuro de cara a la próxima década, son las siguientes:

  1. Es un combustible obtenido de forma sostenible, limpia y respetuosa con el medio ambiente.
  2. Es una energía renovable y casi ilimitada, al ser el elemento más abundante del planeta.
  3. Es almacenable, se puede comprimir y se puede guardar en tanques.
  4. Es transportable, ya que es más ligero que las baterías, se puede comprimir y es más sencillo de manipular que otros combustibles fósiles.
  5. El repostaje es muy rápido, más que la recarga de baterías.

No genera emisiones contaminantes, y es el más limpio y sostenible de los tres tipos de hidrógeno existentes.

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