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Los faros delanteros antiniebla no son obligatorios bajo ninguna circunstancia, a diferencia de lo que ocurre con las luces traseras. Este tipo de iluminación se emplea para marcar nuestra posición y ubicación en la carretera en condiciones de baja visibilidad.
La luz antiniebla delantera únicamente alcanza a iluminar unos centímetros delante del coche, para conocer los elementos de alcance inmediato. Por ello, no solo no es recomendable utilizarla en circunstancias en las que no hay niebla, sino que, además, está prohibida por su brillo y la posibilidad de destellar a otros conductores. La luz antiniebla trasera puede llegar a confundirse con la luz de freno, por lo que no se aconseja su uso en caso de no existir inclemencias que reduzcan la visibilidad.
El reglamento de circulación indica que las luces antiniebla delanteras deben utilizarse en situaciones meteorológicas o ambientales que disminuyen la visibilidad en la carretera, siendo obligatorio el uso de este alumbrado. Con respecto a la iluminación antiniebla trasera, sólo pueden utilizarse en condiciones específicas, cuando las condiciones meteorológicas sean muy desfavorables, como los casos de niebla espesa, lluvia muy intensa, fuerte nevada o nubes densas de polvo o humo.
ALD Automotive recuerda a los conductores que es muy importante utilizar de forma correcta este tipo de alumbrado, puesto que la mala gestión puede molestar a los demás conductores. Comprobar el estado de las carreteras puede ayudarnos a anticipar nuestra reacción frente a imprevistos.
