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El Tribunal Supremo ha anunciado una importante puntualización que modifica el margen de error con el que operan aquellos radares que no se encuentren en movimiento, esto es, los colocados en un vehículo detenido o en un trípode, que a partir de ahora contarán con un margen del 5% sobre la velocidad máxima de la vía.
Los excesos de velocidad continúan siendo, en nuestro país, uno de los principales motivos por los que ocurren los accidentes de tráfico más graves. Así, según la DGT, la velocidad tuvo un papel trascendental en cerca del 20% de los siniestros mortales ocurridos en los últimos años, lo que supondría cerca de 300 fallecidos anuales por este motivo. Además, de acuerdo con el último informe de la Fundación Mapfre, 7 de cada 10 personas no respeta los límites máximos de velocidad de las vías por las que circula, especialmente en zonas en los que concurren usuarios vulnerables (peatones, salidas de escuelas, etc), en las que estas limitaciones son más reducidas que en el resto de vías urbanas.
Además, a estos importantes datos hay que añadir que, durante la última campaña de controles de velocidad puesta en marcha por la DGT durante el pasado mes de abril, los agentes de la Guardia Civil denunciaron a más de 20.800 vehículos por haber superado la velocidad máxima permitida, sobre un total de 456.327 controles llevados a cabo en una sola semana.
Para clarificar la velocidad a la que se activan los radares, la DGT publicó en 2016 un documento en el que se recogía que los radares móviles permitían hasta un 7% de margen, mientras que los fijos contaban únicamente con un 5%. Ahora ha sido el Tribunal Supremo el que ha decidido equiparar a los radares que se encuentran en vehículos camuflados o colocados sobre un trípode, que hasta ahora tenían consideración de radares móviles, a los de categoría fija.
