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El segundo informe de evaluación de Sistemas de Retención Infantil (SRI), realizado por el laboratorio del ADAC en Landsberg (Alemania), y publicado por el RACE y sus partners europeos, revela una cuarta parte de las sillitas analizadas no cumple con los estándares mínimos para garantizar la seguridad de los niños que las utilicen.
Para este estudio se han analizado 24 modelos de sillitas infantiles, de las cuales, en cinco casos el problema encontrado responde a la utilización de sustancias tóxicas en los productos textiles empleados para su fabricación. Entre estos elementos potencialmente peligrosos se encuentra la naftalina o el retardante TCPP, por lo que las sillas que los contienen han sido clasificadas como “muy insatisfactorias”.
Quince modelos, además, han obtenido la calificación de “satisfactorio”, teniendo en cuenta las pruebas llevadas a cabo en lo que a impacto frontal y lateral; manejo, limpieza y acabado; ergonomía y contenido o ausencia de sustancias tóxicas. Tres modelos, por su parte, han recibido la nota de “aceptable”, mientras que cuatro han obtenido la mejor nota posible en el apartado de seguridad. Llama la atención, eso sí, que ninguna de las sillitas analizadas ha recibido la calificación de “muy satisfactoria”.
Para llevar a cabo estos análisis, se han adquirido los distintos sistemas de retención infantil en tiendas convencionales, y todos ellos cuentan con la homologación necesaria para su venta, superando los requisitos legales. Además, para el diseño de este estudio se han tenido en cuenta las exigencias del análisis de las asociaciones de consumidores.
RACE recomienda, a la hora de adquirir cualquier dispositivo de retención infantil, acudir al punto de venta tanto con el vehículo en el que se va a instalar el dispositivo, como con el propio niño que lo vaya a utilizar, para así recibir el asesoramiento necesario sobre la idoneidad de la compra, así como para garantizar la comodidad del menor.
