Seat crea “la Escuela de los Sentidos” para formar a su personal de calidad

La marca española, aunque perteneciente al Grupo VAG, Seat ha puesto en marcha un nuevo centro de formación en el que sus empleados responsables de certificar la calidad de los coches que salen de su cadena de fabricación ejercitan su vista, tacto, oído y olfato.

Esta nueva escuela, que Seat ha llamado “Centro de Entrenamiento de los Sentidos”, pretende que los inspectores, encargados de las últimas revisiones de los coches antes de su salida de fábrica y de llegar a los clientes finales, reciban una formación específica que les permita detectar cualquier mínimo fallo sin ayuda mecánica.

A pesar de que los sentidos son cualidades innatas en el ser humano, el entrenamiento específico puede ayudar a desarrollar aún más estas capacidades. Hay que tener en cuenta que el ser humano es capaz de percibir, de por sí, más de 10.000 olores distintos, captar sonidos que van desde los 20 Hz hasta los 20 KHz, y diferenciar una gama de varios millones de tonalidades y colores distintos.

Este Centro de Entrenamiento de los Sentidos tiene como principal objetivo mejorar al máximo los procesos de certificación de calidad de los vehículos fabricados en la planta de Martorell (Barcelona) antes de su entrega al cliente final. Mediante distintos ejercicios prácticos se ejercita el olfato para detectar posibles olores no deseados, o el oído para poder detectar cualquier sonido discordante, ya sea en marcha por desajustes en los acabados, en el propio motor.

Para conseguir revisar de forma adecuada la calidad de los coches, los equipos de formación llevan a cabo una pauta de movimientos determinada durante ocho minutos alrededor del vehículo. Así, examinan minuciosamente su interior, el exterior, los ajustes de las puertas y el correcto cierre del maletero, antes de otorgar la “Q” que certifica la calidad de la unidad.

Según Seat, su equipo de calidad destaca por ser “detallistas, observadores, perfeccionistas y preciosos”, y por ser capaces de detectar “desviaciones de un milímetro, o pequeños cambios de color muy difíciles de percibir a simple vista”.