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A pesar de que los conductores españoles circulamos atentos a las señales de seguridad o a la velocidad adecuada al tipo de vía, existe un factor de riesgo que en múltiples ocasiones pasamos por alto: utilizar el carril adecuado para circular.
El conocido como “síndrome del carril izquierdo” puede entorpecer la circulación y afectar a la seguridad de los usuarios de la vía. Este síndrome se refiere a la mala costumbre de los conductores de permanecer en el carril izquierdo y el carril central. Es muy habitual que, independientemente del tráfico, los conductores empleemos este carril sin atender a la sanción que conlleva su mal uso.
Según el artículo 31 del reglamento de circulación: “se circulará normalmente por el carril situado más a su derecha, si bien podrá utilizar el resto de los carriles de dicho sentido cuando las circunstancias del tráfico o de la vía lo aconsejen, a condición de que no entorpezca la marcha de otro vehículo que le siga”.
Utilizar este carril de forma incorrecta está tipificado como una infracción grave, y conlleva una sanción de 200 euros de multa. Según apuntan diferentes fuentes, la DGT está contemplando la posibilidad de endurecer estas sanciones y solicitar a los agentes de tráfico la vigilancia de este tipo de infracción de una forma más exhaustiva, aunque, por el momento, no existe confirmación oficial al respecto.
El “síndrome del carril izquierdo” se está convirtiendo en una práctica demasiado habitual que produce como principal efecto un aumento de las retenciones, frenazos y, por consiguiente, un aumento de accidentes de tráfico. Circular por esta zona cuando la parte derecha está desocupada puede salir caro, no sólo por la sanción económica que conlleva, sino porque estamos poniendo en peligro nuestra propia seguridad y la de los otros vehículos.
