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De acuerdo con las estadísticas de la DGT el 5% de los accidentes de tráfico tienen relación con el consumo de medicamentos. Te contamos cuáles te pueden afectar al volante.
La gripe, los resfriados o la alergia pueden provocar dolores de cabeza, estornudos, pérdida de reflejos y afectar a la conducción. Sin embargo, la DGT recomienda “conducir con gran precaución” cuando se toma algún medicamento para combatirlos. Y es que, según el mencionado organismo, pueden llegar a reducir hasta en 42% la capacidad de reacción al volante.
No obstante, es fácil identificar qué medicamentos producen somnolencia antes de tomarlos. De hecho, en los envases de los medicamentos que puedan afectar a la conducción figuran, desde 2007, un triangulo rojo con un coche negro, con la leyenda “Conducción: ver prospecto”. No está prohibido conducir al tomarlos, pero conviene estar muy atentos a posibles síntomas de somnolencia.
Por otro lado, hay medicinas comunes para la gripe y el resfriado, que no incluyen este símbolo, pero que también pueden disminuir las capacidades de los conductores. Concretamente los que contienen difenhidramina y dextrometorfano; dos sustancias presentes en medicamentos populares, como los sobres de Frenadol Complex o el jarabe Bisolvón antitusivo.
Si padeces algún tipo de alergia debes elegir muy bien que antihistamínico tomar, si te vas a poner al volante. Hacerlo con uno inadecuado puede provocar efectos similares a conducir con una tasa de alcohol de entre 0,5 y 0,6 gramos por litro de sangre; de acuerdo con Sociedad Española de Alergología.
Por último, cabe recordar que desde 2016 existe un documento oficial, en el que se pueden consultar los efectos de los medicamentos en los conductores. En este sentido, resulta muy recomendable dejar de conducir si estás siguiendo un tratamiento con somníferos, ansiolíticos o antidepresivos. Si los tomas, es recomendable llevar la receta, ya que podrían dar positivo en un control antidroga.
