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Qué comer y qué no antes de emprender un viaje por carretera

Qué comer y qué no antes de emprender un viaje por carretera

Una correcta alimentación contribuye a que cualquier trayecto por carretera sea satisfactorio y libre de cualquier riesgo adicional de seguridad vial. Por este motivo, ser capaz de elegir adecuadamente qué alimentos ingerir y en qué momento puede hacer más cómodo el viaje.

Una de las primeras claves a tener en cuenta es que, tanto antes de salir como durante el viaje, la alimentación debe ser variada. Es decir, debe aportar al organismo las cantidades necesarias de hidratos de carbono -que proporcionan energía suficiente- como proteínas -contribuyen a regular multitud de funciones del cuerpo-.

Para mantener la atención a lo largo de todo el trayecto, es aconsejable distribuir la ingesta de alimentos a lo largo de todo el viaje, con comidas ligeras. Además, no se debe olvidar mantener una correcta hidratación, independientemente de que se tenga sed o no, para evitar así una deshidratación que cause fatiga muscular.

También es importante saber qué evitar en estos viajes. Huir de las comidas copiosas, que dificultan la digestión, producen somnolencia y aumentan las posibilidades de sufrir mareos, también es importante. Si es inevitable su ingesta, dar un pequeño paseo andando antes de reanudar la marcha puede ser realmente importante. De la misma forma, también es importante no viajar en ayunas o habiendo ingerido menos alimentos que lo que es recomendado, ya que se pueden producir hipoglucemias o bajadas de azúcar en sangre, lo que afecta tanto al nivel de atención como al propio rendimiento al volante.

¿Qué alimentos son recomendables?

Batidos

Se trata de uno de los alimentos más recomendables en ruta, ya que, por un lado, contribuyen a una correcta hidratación, pero también aportan las cantidades óptimas de azúcares naturales y sales minerales. Una opción saludable, si se prefiere algo más ligero, es recurrir a los zumos de frutas naturales.

Ensaladas

Ensalada

Son especialmente recomendables las que contienen verduras y hortalizas (frente a las de arroz o legumbres, por ejemplo), ya que aportan fibra, vitaminas y minerales. Al poder contar con atún o pollo, por ejemplo, añaden a la dieta altos contenidos en proteínas.

Infusiones

Al igual que ocurre con los batidos y los zumos, su ingesta aporta grandes cantidades de agua al organismo, pero también contribuyen a facilitar la digestión y a relajar los músculos presentes en el intestino grueso, lo que redunda en la eliminación del exceso de gases o de la acidez del estómago.

Pollo

Es, sin duda, la carne más aconsejable cuando se va a conducir, ya que contiene altos niveles de proteínas y, siempre que se cocine a la plancha, aporta cantidades muy inferiores de grasas que las carnes rojas como la ternera o el cordero. Una alternativa recomendable al pollo viene por carnes como la del conejo o la del pavo.

Pescados

Merluza

En general, cualquier pescado es aconsejable, gracias a su bajo contenido en grasas. Eso sí, son más adecuados los pescados blancos -gallo, rape, lenguado, merluza…- que los azules -salmón, atún o sardinas-, ya que aportan cerca del 2% menos de grasas.

¿Qué alimentos evitar?

Leche caliente

Al igual que ocurre con cualquier líquido caliente -a excepción del café, por su aporte de cafeína-, la leche a alta temperatura puede producir somnolencia, lo que, a su vez, provoca riesgos viales al aumentar la probabilidad de sufrir un accidente.

Tomate

Aunque la ingesta de frutas y verduras es muy recomendable para conducir, el tomate es una de las que más flatulencias produce, lo que puede ser realmente incómodo, además de poder producir distracciones que afecten a la conducción.

Alimentos fritos

Alimentos fritos

Tanto si se trata de preparaciones cárnicas (escalopes, por ejemplo) o acompañamientos (patatas fritas o snacks de bolsa), este tipo de alimentos dificultan la digestión, causando acidez estomacal e irritando el sistema digestivo.

Guisos

Las preparaciones muy condimentadas o con gran presencia de grasas animales (chorizos, morcillas, tocino) también dificultan notablemente el proceso digestivo, forzando al estómago a trabajar más, lo que produce somnolencia y molestias de todo tipo.

Quesos curados

Quesos curados

Al igual que con los guisos, su exceso de grasa dificulta la digestión, haciendo más complicado mantener la concentración al volante.

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