Llamadas a revisión, esa carta oficial que no te gustará recibir

Los fabricantes de la industria automotriz están continuamente mejorando sus coches, pero no se olvidan de los que ya están en el mercado. Hay ocasiones en que detectan fallos en estos últimos, hecho que conlleva una llamada a revisión.

Para saber si tu vehículo tiene o no que pasar por el taller existen distintas vías. Lo más efectivo es llamar al servicio de postventa del fabricante, pero las instituciones públicas también informan de los fallos. La Unión Europea tiene su propio sistema de alertas e, incluso, la DGT hace lo propio a través del correo postal.

Las páginas web del motor también se suelen hacer eco de la noticia en muchos de los casos, por lo que también son otra vía útil de información.

Las modificaciones se harán sin coste para el usuario

Las marcas, al llamar a revisión a un producto en concreto, deben corregir el fallo sin que esto suponga ningún cargo para el cliente. Con este tipo de anuncios, las marcas aceptan el fallo y se comprometen a solucionarlo.

En la mayoría de los casos, los fallos detectados son menores. Lo normal es la sustitución de fusibles o piezas que pueden tener un deterioro prematuro, aunque sí que se han dado casos de fallos graves. Un ejemplo sonado es el de los airbags Kataka.

Como cliente de un vehículo que es llamado a revisión, no debes alertarte. El fin de estas llamadas es incorporar mejoras que muchas veces son sinónimo de mayor seguridad.

Es importante tener actualizado el domicilio en la base de datos de la DGT

Como mencionábamos anteriormente, la DGT informa del fallo de los vehículos a través del correo postal. Por ello, es importante tener actualizado el domicilio en su base de datos. Si esto no es así, te pueden multar con hasta 80 €.

Estas gestiones se pueden realizar tanto en la página web de la DGT como en las Jefaturas de Tráfico locales.