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El cierre de los concesionarios debido al estado de alarma y la recesión económica, harán que las ventas de coches ronden las 700.000 unidades.
La pandemia sanitaria provocada por el virus COVID-19 ha golpeado duramente al sector del automóvil en España. Los concesionarios cerrados, las fábricas paradas y potenciales clientes que no han podido salir de sus casas han provocado un fuerte descenso de las ventas. Si a eso se le suma la previsible recesión económica, el resultado son unas previsiones de ventas de coches nuevos que rondará las 700.000 unidades. O lo que es lo mismo, un 44,36% menos que en 2019, en el que se comercializaron 1.258.260 vehículos nuevos.
Según FACONAUTO, la patronal de los concesionarios y ANFAC, la de los fabricantes «el PIB caerá entre el 5% y el 6% en 2020». Eso unido a que los dos trimestres posteriores al estado de alarma «serán duros en cuanto a las ventas de coches» dibuja un escenario complejo en cuanto a matriculaciones.
Aunque se espera que la situación mejore hacia el final del verano lo cierto es que ambos organismos esperan unas «cifras de comercialización muy inferiores a las de 2019». Unos datos que estarían cercanos a la de los peores momentos de la crisis económica de 2008 y 2009.
Por otro lado, ambas asociaciones han solicitado un plan de actuación al gobierno que proteja al sector. En este escenario José Lopez-Tafall, director general de ANFAC ha destacado la especial «debilidad en la que se encuentra el sector de la automoción, el único sector industrial que lleva parado en seco más de un mes».
Por su parte, Marta Blázquez, vicepresidenta ejecutiva de FACONAUTO ha destacado la importancia del automóvil en nuestro pías. «No podemos permitirnos estas previsiones, porque el sector del automóvil es un pilar básico de la economía y del tejido empresarial», afirmaba Blázquez.
