Las empresas se mueven hacia la descarbonización

¿Qué están haciendo las empresas para impulsar la movilidad sostenible? El impacto de sus decisiones dentro y fuera de sus compañías fue el tema central de la primera mesa del II Foro MOVE impulsado por ALD Automotive.

Cada día, millones de personas se desplazan entre su casa y su puesto de trabajo. La distancia entre ambos puntos es variable, al igual que lo es la forma de recorrerla: a pie, en transporte público, en coche… Sin embargo, todas las opciones tienen un punto en común que hace que la movilidad, entendida en su conjunto, sea algo que tiene que ver con los trabajadores, pero también –y mucho– con las compañías para las que trabajan.

El papel que juega el ámbito corporativo fue el tema central de Las empresas y el impulso de la movilidad sostenible, el primer encuentro del II Foro Move de Movilidad Sostenible impulsado por ALD Automotive. Tras el éxito de las cuatro mesas de debate celebradas el año pasado, que reunieron a decenas de expertos, la compañía vuelve a apostar por este tipo de diálogos para impulsar la transformación verde. «La movilidad va más allá del sector del automóvil e implica a todos los actores de la sociedad, incluidas, por supuesto, las empresas», explicaba Antonio Cruz, subdirector general de ALD Automotive al inicio del debate. Y añadía: «Nosotros, como compañía del sector, podemos ser un agente impulsor, pero es necesaria una mirada global: las compañías tienen que cambiar la tradicional visión corporacéntrica por otra más holística».

Estén más o menos concienciadas, el nuevo tsunami regulatorio a nivel local, nacional y europeo está colocándolo cada vez más en el centro del debate. La nueva Ley de Movilidad Sostenible, que se espera que esté aprobada antes de final de año, da un papel relevante a las empresas: por ejemplo, todas aquellas que tengan sedes con más de 500 empleados, más de 250 por turnos o que cuenten con grandes centros de trabajo tendrán que contar obligatoriamente con un plan de movilidad para sus plantillas. «Se distinguen los conceptos de transporte y movilidad, que con frecuencia se consideran equivalentes: la movilidad se centra en los ciudadanos y se le otorga la categoría de derecho, mientras que el transporte es el medio por el que acceder a él», destaca Camino García-Moreno, directora de Sostenibilidad en el área de urbanismo e inmobiliario del bufete Barrilero y Asociados.

Esta ley llega en un momento en el que la sociedad está más concienciada que hace unos años respecto a la emergencia climática y en ello ha tenido mucho que ver la labor pedagógica de los científicos. «La ciencia contribuye a descubrir verdades que dan soluciones a problemas complejos, como sucedió con la pandemia, que salen directamente de los laboratorios de las universidades», explica Alberto López Rosado, vicerrector de Investigación y Postgrado de la Universidad Francisco de Vitoria y director de la cátedra en Movilidad Sostenible creada en colaboración con Avanza. Como reivindica, la implicación corporativa en los centros de investigación puede ayudar a maximizar en la búsqueda y comunicación del conocimiento para que llegue a la población.

La movilidad sostenible en el ámbito corporativo

Esa población está, desde hace años, en transformación permanente, integrando la sostenibilidad como un factor que tiene cada vez más peso en sus decisiones de consumo, también en aquellas que tienen que ver con la movilidad. Por ejemplo, si hace unos años tener coche estaba ligado al estatus, ahora los jóvenes tienen otros objetivos. «Cada vez se alejan más de ese estándar y prefieren pagar por uso o por servicio, que es la clave que impulsa el nacimiento de empresas como la nuestra», cuenta Pilar García, directora de Comunicación y Marketing de Zity, un servicio de carsharing eléctrico que tiene más de medio millón de usuarios activos solo en la capital.

Servicios como este o como Cabify hace años que son habituales entre los usuarios, pero también entre las compañías. En el caso de esta última, su estrategia de compensación de emisiones de todos sus trayectos es conocida, pero va más allá. «Nos centramos en no emitir antes que en compensar. Para eso, tenemos dos herramientas fundamentales: la tecnología y la electrificación del parque, ya que, por ejemplo, tres de cada cuatro de nuestros vehículos son eléctricos», explica Adrián Pérez Marco, Sustainability Global Manager de Cabify.

Sin embargo, en materia de movilidad, no solo las startups o las compañías nativas sostenibles como tienen algo que decir. «Nosotros llevamos años trabajando en la transición energética. Las petroleras nos hemos ido transformando paulatinamente en energéticas integradas apostando, por ejemplo, por los biocombustibles o el hidrógeno verde», recalca Ignacio de Prada, responsable de Movilidad Eléctrica de GALP España.

El hidrógeno verde es una de las últimas apuestas del grupo FCC que, a través del proyecto Zeppelin de Aqualia, contribuye a valorizar materiales que llegan a sus instalaciones para producir con ellos nuevos combustibles. Como una empresa con casi 65.000 empleados, además, tienen una gran capacidad para impulsar el cambio en materia de movilidad. «El año pasado realizamos 13.400 servicios de movilidad, y en un 85% fueron ya en vehículos eléctricos o híbridos», cifra José Luis Daza, responsable Vehículos y Combustible de FCC.

Aún queda mucho por conseguir, pero las compañías ya están trabajando en ello. «Seguir creciendo y aprendiendo es lo que nos permitirá alcanzar ese objetivo común», concluía Sonsoles Martín-Garea, directora de Marketing Relacional, Comunicación Externa y RSC de ALD Automotive al final del Foro.

Puedes leer aquí la crónica completa del encuentro. También puedes consultar un resumen interactivo con fotografías y vídeos del encuentro.