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Qué es y para qué sirve un espejo retrovisor electrocrómico

¿Qué es y para qué sirve un espejo retrovisor electrocrómico?

A lo largo de los últimos años, los espejos retrovisores que se utilizan en el coche han sufrido una importante evolución tecnológica. Una de las más importantes es la aparición del retrovisor electrocrómico. ¿Para qué sirve?

Hasta hace no demasiado, cuando era necesario regular un espejo retrovisor interior porque un coche circulaba detrás con las luces demasiado altas y se producían deslumbramientos, había que hacerlo de forma manual. Para ello, era necesario apretar una pequeña palanca ubicada en la parte inferior del espejo, que modificaba ligeramente su posición hasta evitar la incidencia directa del haz de luz posterior.

Sin embargo, desde hace unos años es cada vez más frecuente encontrar tecnologías electrocrómicas en los espejos para garantizar que la utilidad del espejo será siempre la misma. Cuando el retrovisor recibe luz directa, simplemente se oscurece, pasando a encender un pequeño LED que indica cuándo está activado para su funcionamiento, pudiendo activarse o desactivarse de forma manual.

¿Cómo funciona un espejo retrovisor electrocrómico?

Espejo retrovisor electrocrómico

Aunque puedan parecer espejos completamente convencionales, lo cierto es que en su interior incorporan multitud de elementos tecnológicos. Su parte exterior está formada por un vidrio multicapa que, cuando recibe corriente eléctrica, cambia su opacidad. Así, se vuelve más o menos transparente o se oscurece según sea necesario.

Detrás de esta primera capa se sitúan otras cuatro capas, en las que se produce la propia reacción electroquímica. Una está compuesta de viológeno, que es el elemento que produce que el vidrio se tinte de forma rápida. Otra capa sirve para almacenar los iones, mientras que una tercera es la encargada de conducir la energía. La última, más cercana al vidrio, es la que está fabricada en material metálico reflexivo.

Aunque la media es de entre 8 y 10 segundos, algunos modelos pueden tardar un poco más en aclararse. Para que esto ocurra, se aplica la misma corriente eléctrica, aunque en sentido contrario. La tensión de funcionamiento, en todos los casos, es de en torno a los 3 voltios como máximo, lo que se traduce en un consumo de energía muy reducido.

También en los espejos exteriores

Esta tecnología, antes reservada a los vehículos de categoría Premium, ha ido llegando cada vez más a todos los segmentos de coches. Pero en los de gama más alta, también se ha ido incorporando a los espejos exteriores, más caros que los convencionales, y con más peligro de rotura. Llevan un sensor que mira hacia adelante y otro hacia detrás, que es el que incorpora la instalación eléctrica que recorre la carrocería hasta la unidad de control.

Aunque estos sistemas pueden parecer superfluos, lo cierto es que evitan de una forma decisiva que sea deslumbrado y que pueda sufrir un posible accidente ante esta situación, ya que perder la visión durante uno o dos segundos puede llegar a suponer la pérdida de control del coche o una invasión del carril contrario con consecuencias imprevisibles.

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