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Para 2035 no se venderán coches que no sean eléctricos en la Unión Europea si sigue adelante lo aprobado por el Parlamento. Pero, ¿cuándo estarán obligadas las flotas de las empresas a electrificarse?
A falta de conocer si es definitiva o no la prohibición de la venta de vehículos no eléctricos en Europa para 2035, desde Bruselas se está barajando acelerar la electrificación de las flotas de las empresas. Hace unos días el presidente de la comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria de la Eurocámara, Pascal Canfin, manifestaba que quieren obligar a las compañías a comprar solo eléctricos para 2030.
La electrificación anticipada de las flotas sería un impulso definitivo al coche eléctrico. Las compañías están en una excelente posición para liderar este cambio de la electrificación. Esta obligación que incluiría turismos y comerciales pondría muchos vehículos eléctricos en la calle, ya que 6 de cada 10 vehículos vendidos en Europa son coches de empresa.
El argumento más extendido es que las decisiones de compra de las flotas se realizan en función del TCO, siendo favorable al eléctrico en muchos casos y tienen una reacción en cadena para el resto, ingresando en el mercado de VO pasados 3 o 5 años. De esta forma para el 2035 habría un mercado mucho mayor de segunda mano y con precios más asequibles.
Pero no solo eso, la electrificación de las flotas anticipada tendría otros dos efectos significativos. Por un lado, una rápida reducción de emisiones contaminantes. Los vehículos que pertenecen a las flotas corporativas hacen el doble de kilómetros que los particulares. Por otro terminar antes con la dependencia del petróleo ruso. Por supuesto esta estrategia debería ir ligada al despliegue de una red de recarga rápida adecuada para las necesidades de las flotas corporativas.
