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La Dirección General de Tráfico ha incluido una nueva alternativa de vigilancia en su flota, que consiste en un innovador sistema de vigilancia aérea basado en la incorporación de once drones de última generación.
Dichos drones servirán para ofrecer información sobre el tráfico a los agentes encargados, aunque por sus limitaciones técnicas no multarán el exceso de velocidad.
El dron elegido tiene una autonomía de dos horas de vuelo constante y un radio de acción de hasta 500 metros. Además, su reducido tamaño le hace más difícil de detectar que, por ejemplo, un helicóptero o un coche. También tiene otra ventaja sustancial, la de poder volar por la noche.
Detectan las infracciones, pero no multan el exceso de velocidad
Los drones servirán para optimizar las labores de vigilancia, además de recoger en vídeo las circunstancias del tráfico. Sus cámaras de 13 megapíxeles lo harán posible. Vuelan a una altura de 120 metros, lo que significa que su radio de acción en la captación de imágenes es alto. En todo momento, estarán bajo el control de la unidad de helicópteros.
Al no tener todos los componentes necesarios para medir la velocidad del vehículo (acelerómetro, radares etc.), sus vídeos no pueden ser utilizados como acción acusatoria para denunciar excesos de velocidad en las carreteras.
De este modo, la DGT cuenta en su flota con varios «radares» de nueva generación como el Velolaser, dispositivos portátiles que se pueden ubicar en cualquier punto de nuestras carreteras; Pegasus, el helicóptero de la DGT equipado con un radar láser capaz de actuar a 300 metros de altura y a un kilómetro de distancia; y los recién incorporados drones.
La Dirección General de Tráfico, que actualmente se encuentra inmersa en una renovación digital bajo el concepto de DGT 3.0, ha dado uno de sus primeros pasos en esta línea con su apuesta por la compra de tecnología.
