Costumbres de los conductores que provocan averías en el coche

Incluso el automóvil más fiable puede tener que pasar por el taller más de lo habitual. Y es que, en gran medida, las averías de un automóvil también depende de las costumbres de sus conductores.

Un acelerón con el motor frío, apagarlo de repente tras un largo viaje o llevar la mano constantemente en el pomo del cambio… son costumbres que pueden acortar la vida de un automóvil. A continuación te mostramos como el motor y la caja de cambios podrían verse afectadas por el conductor, incluso en vehículos bien mantenidos.

Tal vez, la parte más cara de reparar en un automóvil sea el motor. Y, lo cierto, es que la forma de conducir puede ser un factor determinante para que no tenga problemas. Por ejemplo, un acelerón fuerte antes de que el motor alcance la temperatura de servicio, provoca un mayor desgaste interno de todos los componentes del motor, y a la larga podría reducir su vida hasta un 50%.

Por otro lado, circular de forma habitual en un motor diésel por debajo de 2.000 rpm, puede provocar una acumulación de carbonilla que acortaría la vida de la válvula EGR; puede obstruir el filtro de partículas…

Otra costumbre que puede provocar averías en los motores turbo, es apagar el motor sin dejarlo enfriar al ralentí unos minutos. Dependiendo del motor, el turbo pude superar con facilidad los 300ºC de temperatura y si no se deja enfriar, el aceite que hay en su interior se carbonizará, provocando una avería en el turbo.

Por otro lado, la caja de cambios también puede ser víctima del mal hábito de los conductores. Y es que, llevar la mano apoyada en el selector del cambio, genera ciertas presiones sobre los mecanismos internos de la caja… que a la larga derivan en averías de los sincronizadores, que provocarán que las marchas no entren correctamente.