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Se estima que, en la actualidad, cerca de 3,8 millones de españoles cuentan con algún tipo de discapacidad. De ellos, cerca de un millón pueden ponerse al volante siempre que cuenten con un vehículo adaptado para movilidad reducida. Elegir con qué automóvil contar resulta, en este caso, aún más importante que de costumbre.
Al igual que ocurre a la hora de conducir un vehículo convencional, el usuario debe contar con el preceptivo permiso. Si ya ha contado con el carnet con anterioridad a sufrir su discapacidad, el proceso es más sencillo, al tratarse prácticamente de una renovación.
Cómo convalidar un permiso de conducción ya existente
Si el usuario ya contaba con carnet de conducir antes de sufrir su discapacidad –por ejemplo, al haber sufrido un accidente de tráfico- debe acudir a un Centro de Reconocimiento Psicotécnico debidamente homologado, donde será sometido a determinadas pruebas con el objetivo de obtener un informe que refleje qué adaptaciones debe realizar al vehículo.
Posteriormente, es necesario acudir a la Jefatura de Tráfico más cercana y solicitar la renovación del permiso. Para ello, se debe presentar el informe del centro de reconocimiento, además del permiso anterior, dos fotografías y el DNI.
En función del informe presentado y de la discapacidad declarada, es posible que el conductor deba pasar una prueba práctica que demuestre su habilidad al utilizar las adaptaciones necesarias. En este caso, la prueba se realiza con un examinador de la Jefatura y un médico de la Comunidad Autónoma en la que se lleve a cabo. Una vez superado el examen, Tráfico ofrecerá unos códigos armonizados, que aparecerán también en el nuevo carnet de conducir, que reflejarán qué modificaciones son necesarias en su vehículo.
Qué hacer si se sufre una discapacidad desde el nacimiento
En este caso, el usuario debe obtener su carnet de conducir acudiendo a una autoescuela especializada. Es recomendable asegurarse de que se va a poder disponer de un vehículo convenientemente adaptado para su discapacidad, ya que, de no ser así, el aspirante deberá utilizar su propio vehículo ya adaptado.
El alumno, así, deberá superar tres pruebas distintas: la teórica y la práctica del examen convencional, y además, un examen conjunto en el que demuestre su habilidad manejando las adaptaciones del vehículo. Una vez superadas estas tres pruebas, la DGT expenderá el carnet de conducir, reflejando también los códigos armonizados que permitirán al usuario acudir a un adaptador de vehículos homologado para, así, preparar el suyo.
¿Qué ventajas tienen las personas con movilidad reducida a la hora de adquirir un coche adaptado?
En primer lugar, cambia el tipo de IVA que se abona tanto en la adquisición del vehículo como en su adaptación, pasando del 21% habitual a sólo el 4%. El comprador debe solicitar esta rebaja previamente a la compra, acudiendo a su delegación de Hacienda, en la que deberá rellenar un impreso específico.
Es importante destacar que esta rebaja del IVA puede solicitarla cualquier persona con un grado de discapacidad igual o superior al 33% -certificado por el IMSERSO o el órgano competente que corresponda en su Comunidad Autónoma– y que, además, cuente con un certificado de movilidad reducida, o bien, cualquier persona que adquiera el vehículo para transportar habitualmente a una persona con discapacidad en una silla de ruedas.
Por otro lado, estos vehículos también están exentos del pago del Impuesto de Matriculación, aunque en este caso, sólo cuando vaya a ser matriculado a nombre de la persona con movilidad reducida. Así, el usuario deberá solicitar en la delegación de Hacienda, y siempre con antelación a la compra, esta exención, presentando su certificado de discapacidad superior al 33%. Esta ayuda, además, no podrá solicitarse si ya se había contado con una durante los últimos cuatro años. Si durante ese periodo el comprador vendiese el automóvil matriculado con esta exención, debería devolver el importe de ese impuesto a Hacienda.
Por último, estos vehículos también están exentos del pago del Impuesto de Circulación. Al igual que en los dos casos anteriores, el usuario debe certificar que cuenta con una discapacidad en grado igual o superior al 33%. Para acogerse a esta exención, es necesario acudir al ayuntamiento de la localidad en la que resida, indicando las características de su vehículo, la matrícula y aportando el certificado de discapacidad. Es importante resaltar que no es posible disfrutar de esta exención en dos coches de forma simultánea.
Qué marcas ofrecen vehículos para personas con movilidad reducida
Ford cuenta con el Plan Adapta, que permite, desde el año 2014, que cualquier conductor con discapacidad o movilidad reducida pueda probar un vehículo adaptado de su marca. Para ello, cuenta con una caravana con vehículos de muestra que visita los concesionarios de toda España. Además, como parte del Plan Adapta, Ford ofrece una ampliación de garantía a los vehículos hasta los 5 años o 100.000 km, asistencia ante problemas de salud y formación de cara a la inserción en el mercado laboral.
Fiat, por su parte, puso en marcha el programa Fiat Autonomy en el año 1994. Sus concesionarios cuentan con personal especializado en el asesoramiento sobre venta y adaptación de vehículos, para lo que trabaja con especialistas como Euromobility o Guidosimplex.
Por último, Renault ofrece, desde 2011, un programa denominado Renault Tech –tanto para Renault como para Dacia-, por el que permite llevar a cabo cualquier adaptación en sus modelos, gracias a la colaboración de carroceros como Rehatrans o Ilunion. Además, gracias a este programa, Renault ofrece modificaciones específicas para los Renault Kangoo Trafic y los Dacia Dokker, que incluyen instalaciones de rampas para el acceso mediante sillas de ruedas.
