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Citroën Type 350 Belfagor

Así era el Citroën Type 350 «Belfagor»

Citroën es, en la actualidad, uno de los grandes exponentes en lo que a vehículos comerciales se refiere. Pero su presencia en este segmento parte de hace más de cien años, con claros exponentes como el Type 350 “Belfagor”, considerado por muchos el antecesor directo de los modelos actuales.

André Citroën no tardó en adentrarse en el segmento de los vehículos comerciales. En 1919, apenas un año después del inicio de sus actividades, ponía a la venta la versión “furgoneta” del 10 HP, un modelo que destacaba por ser una derivación directa de los coches de serie.

Sin embargo, estos modelos, que aprovechaban la fórmula del chasis-plataforma para modificar fácilmente y con rapidez la forma de la carrocería, no permitían transportar grandes volúmenes ni cargas en su interior. Consciente de este problema, Citroën pidió a sus diseñadores crear un chasis específico para furgonetas y camiones, con lo que se iniciaba, por primera vez en la historia de la marca, la producción de comerciales e industriales a gran escala.

Citroën TUB

Citroën TUB

En 1939 llegaba el TUB, el primer vehículo comercial moderno, como síntesis de las experiencias y las competencias adquiridas con el proyecto Traction Avant y con otros proyectos que ya se habían puesto en marcha, como el del TPV (futuro 2CV).

El TUB (Tracción Utilitario Bajo) era un furgón de cabina avanzada, tracción delantera, suspensión por barras de torsión y un suelo de carga plano, de forma regular y muy bajo al que se accedía de forma muy fácil por su parte trasera o por una puerta lateral deslizante.

El diseño de este modelo resultó también una de las claves. Fue obra del diseñador italiano Flaminio Bertoni, autor del Traction Avant, que también se responsabilizaría, más tarde, de modelos como el DS 19 o el AMI 6.

Citroën TYPE 350

Citroën Type 350 Belfagor

Bertoni también fue el creador del Type 350 y de sus derivados. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, la Oficina de Estudios de la marca puso todo su esfuerzo en el diseño del futuro 2CV y del VGD, futuro DS, mientras que la sección responsable de los vehículos industriales lo hacía en la renovación de los modelos 45, 47 y 55.

Lo cierto es que, como estos modelos aún eran competitivos, Citroën no dedicó demasiados recursos ni prioridades, aunque sí implicó a Paul Magès, padre de la hidráulica de la marca, que se ocupó de la suspensión y de los frenos, que precedían del DS19.

En un principio, el responsable del proyecto del Type 350 fue André Lefebvre, “padre” de modelos legendarios en la marca como el 2CV o el DS, aunque una grave enfermedad acabaría apartándole de él. Forceau, Franchiset y Dargent, e incluso el mismo Bertoni, trabajarían directamente a partir de ese momento, aplicando elementos de diseño como las manecillas internas y externas, los faros principales dobles o la instrumentación, claramente inspirados en modelos como el AMI 6.

Belfagor

Citroën Type 350 Belfagor

Como fruto de este importante trabajo nació el Belfagor. Un modelo que presentaba importantes novedades en su estructura, con dos tipos de cabina, ambas muy espaciosas y confortables. Esta utilizaba un sistema de aislamiento que no volvería a utilizarse hasta 1974 en el CX, que permitía que su cabina quedase suspendida sobre soportes elásticos que filtraban todas las vibraciones procedentes del chasis.

Esta cabina se podía desmontar fácilmente para acceder a su mecánica, y disponía de un elemento muy característico: una gran superficie acristalada completada por dos cristales extra colocados en la carrocería justo encima de los faros principales que ofrecían a la persona al volante una visibilidad única tanto en marcha como en maniobra.

Este elemento fue, precisamente, el que sirvió como origen para el apodo que acompañó al Type 350 y a todos sus derivados durante su vida comercial: Belfagor, debido al parecido con la máscara que utilizaba el fantasma protagonista de la serie de TV “Belfagor, el Fantasma del Louvre”.

Se trataba, especialmente, de un modelo con una gran modularidad. A las versiones iniciales 350 y 600 pronto se unieron nuevas variantes como las 370, 450, 600, 700 y 800, además de las variantes de cabina tractora para vehículos articulados. Lo cierto es que esta modularidad sirvió para crear todo tipo de vehículos, desde camiones de recogida de basuras hasta autobombas, grúas e incluso autobuses.

El Citroën Type 350 contó con motores diésel y gasolina, y versiones con carga máxima de entre 3.500 y 8.000 kg. Gracias a su robustez, facilidad de mantenimiento o confort -contaba con asientos regulables, calefacción o tres parasoles interiores-, este modelo estaba disponible hasta en 140 combinaciones distintas.

Fabricado entre los años 1965 y 1972, con casi 11.000 vehículos matriculados, el Belfagor comenzó su declive cuando Citroën adquirió, en 1969, la popular marca francesa Berliet, lo que supuso la incorporación a la gama del Serie K, que poco a poco fue remplazando al Belfagor a partir de 1970.

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