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La firma alemana Bosch, una de las principales en lo que a innovación tecnológica en el automóvil se refiere, ha anunciado que trabaja en el desarrollo de un novedoso sistema que permitirá a los coches diésel reducir sus emisiones hasta los 13 miligramos por kilómetro recorrido.
Según Volkmar Denner, presidente del grupo Bosch, “hay futuro para el diésel. Queremos poner fin al debate sobre su desaparción. Esta tecnología no volverá a ser un problema”. Gracias a un novedoso software de control de la gestión térmica, sobre todo de los gases de recirculación procedentes del escape a la cámara de combustión, y mediante el uso de un turbocompresor mejorado, la marca alemana ha conseguido reducir las emisiones nocivas de los vehículos diésel hasta los 13 mg/km en una medición combinada de ciclo urbano, interurbano y en autopista.
Al tratarse de un sistema que utiliza elementos ya en producción, que sólo necesitan pequeños retoques o mejoras para adecuarse a este nuevo sistema, como es el caso de la inyección optimizada, el catalizador con filtro o el aditivo AdBlue, su puesta en producción podría ser mucho más rápida de lo habitual. Tanto, que según Bosch podría incorporarse a los vehículos diésel antes de dos años.
Gracias a la presencia de este novedoso sistema, los vehículos diésel cumplirían holgadamente la normativa WLTP que entrará en vigor el próximo mes de enero, y que limita la emisión de NOx en 168 gramos por kilómetro recorrido. Según Denner, “los vehículos diésel se considerarán como bajos en emisiones, pero seguirán siendo asequibles y conservarán su espacio en las ciudades”.
El objetivo final que se ha marcado Bosch es lograr el desarrollo de un motor de combustión con el menor impacto negativo en la calidad del aire. Una vez que este sistema entre en producción, sus esfuerzos comenzarán a centrarse en combatir las emisiones de CO2, utilizando para ello distintas herramientas de Inteligencia Artificial.
