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BMW sigue poniendo a prueba su prototipo de SUV eléctrico iNEXT, en este caso frente al calor extremo, la radiación solar y la formación de polvo en pistas de tierra en el desierto del Kalahari, en el sur de África.
La marca alemana se encuentra en pleno proceso de puesta a punto del que será una de las referencias de BMW en lo que a movilidad urbana eléctrica se refiere, por lo que ha decidido continuar con las exigentes pruebas que empezaron en febrero en el Círculo Polar Ártico. En esta ocasión, el objetivo era poner a prueba el nuevo modelo ante el calor extremo y la radiación solar en el Kalahari.
Las pruebas de calor resultan una parte muy importante en un programa de desarrollo, ya que sirve para valorar el estado de madurez de la serie. Por ello, los prototipos de BMW se someten, en periodos de prueba muy cortos, a las mismas condiciones de estrés a las que se enfrentarán a lo largo de toda la vida útil. Al igual que en todos los modelos de BMW, las primeras pruebas tienen lugar en las instalaciones del grupo en Miramas, en el sur de Francia, así como en el Nürburgring Nordschleife y otras pistas de carreras, así como en el Centro de Invierno en Arjepolg, Suecia y en regiones desérticas de todo el mundo.
Estas pruebas de calor en Sudáfica ofrecen a los ingenieros de desarrollo todos los datos necesarios para probar y armonizar todos los componentes de transmisión y suspensión en condiciones extremas. Por ello, se llevan a cabo pruebas entre dunas de arena, pistas de grava y pasajes todoterreno.
La estanqueidad al polvo de las aletas, la batería, su motor eléctrico o el sistema electrónico, además los materiales de su interior o el sistema de aire acondicionado del iNext, que funciona gracias a una bomba de calor, también se ponen a prueba en condiciones de calor extremo.
