Asistentes de ayuda a la conducción… ¿Qué se debería mejorar?

Cada vez son más los vehículos que incluyen, como forma de intentar mejorar la seguridad de sus pasajeros, multitud de sistemas de ayuda a la conducción. Sin embargo, no todos funcionan tan bien como deberían, resultando en ocasiones más molestos que de utilidad real. Estos son algunos de los menos útiles en el día a día.

Asistente de abandono de carril

Se trata de un sistema que, a partir de 60 km/h, vibra o emite una señal acústica siempre que el usuario traspase una línea de la carretera sin señalizar convenientemente la operación mediante el intermitente, para evitar así que el vehículo se salga del carril de forma inadvertida. Sin embargo, habitualmente este sistema reacciona con demasiada lentitud, y casi siempre se pone en marcha cuando el usuario decide, de forma voluntaria, cambiar de carril. Este sistema resulta todavía menos preciso en vías interurbanas.

Sistema de mantenimiento de carril

Es un sistema complementario al anterior que contribuye a mantener al vehículo entre las dos líneas que delimitan el carril, siempre y cuando no se señalice el cambio de carril mediante el intermitente. Cuando el usuario pisa alguna de las líneas o las cruza, el sistema decide intervenir, de forma autónoma, corrigiendo la trayectoria del vehículo. Sin embargo, esta corrección no siempre se hace de forma suave y progresiva, por lo que el usuario puede sobresaltarse y dar un volantazo, lo que conlleva un riesgo aún mayor que el que pretende corregir.

Asistente de velocidad

Este sistema contribuye a ajustar, de forma automática, la velocidad de circulación que se utiliza en el control de crucero. El coche averigua cuál es la velocidad máxima de la vía a través de la cartografía y de las señales de tráfico que reconoce mediante una cámara situada en el parabrisas. Algunos fabricantes ofrecen la posibilidad de vincular la velocidad del sistema de control de crucero con la información recogida por este sistema, lo que puede provocar reducciones bruscas en la velocidad a la que se circula si el sistema no está lo suficientemente ajustado, o si la lectura de las señales no es precisa.

Asistente de luces de carretera

El asistente es capaz de decidir en qué momento se dan las luces largas cuando cree que no existe ningún peligro de deslumbramiento, es decir, siempre y cuando no detecte la presencia de otro coche que circule delante del vehículo o en dirección contraria a una distancia suficiente. Pero la detección de estos coches a los que es posible deslumbrar no siempre es tan correcta como debería, por lo que es más que frecuente que se produzcan “falsos positivos” que hacen que las largas se apaguen súbitamente cuando el usuario no lo espera, como por ejemplo, en carreteras reviradas por culpa de la reflexión de las luces en los guardarraíles. Es recomendable, en este caso, recurrir a sistemas de alumbrado dinámico, una evolución del sistema que solo oscurece aquellas zonas de la carretera en las que se detecta que otro conductor podría ser deslumbrado.

Cámara periférica

Se trata de un sistema que ofrece una vista cenital simulada del coche y sus alrededores que, sin embargo, solo muestra con precisión lo que está dibujado en el suelo y en las inmediaciones del vehículo. Pero todo aquello que se eleve por encima de 20 cm o se encuentre a más de 50 cm del vehículo tiende a aparecer deformado, lo que dificulta que el usuario realmente sepa de qué se trata y si este objeto supone un obstáculo suficiente como para impedir una maniobra de aparcamiento, por ejemplo.

Sistemas de aparcamiento desde la llave

Distintos modelos de BMW, Tesla o Mercedes incorporan sistemas que permiten desplazar el vehículo, aparcarlo o salir de la plaza de aparcamiento, mediante comandos que se ejecutan desde la llave del vehículo incluso fuera de él. Sin embargo, en la actualidad estos sistemas limitan los movimientos que se pueden hacer a maniobras sencillas de avance o retroceso en línea recta y a muy bajas velocidades, y habitualmente durante muy poca distancia -apenas 10 metros-. Además, la propia conexión entre la llave y el vehículo requiere que esta maniobra se ejecute muy cerca del vehículo para no perder la conectividad y que ello conlleve abortar bruscamente la operación. Por este motivo, estos sistemas parecen reservados, por el momento, a su uso cuando se aparca en plazas muy estrechas siempre y cuando la maniobra esté muy controlada.

Frenado automático de emergencia

Se trata de un sistema que busca reducir el riesgo de sufrir impactos frente a obstáculos presentes en la vía o, al menos, reducir sus consecuencias si son inevitables. Cuando el vehículo percibe la existencia de un obstáculo, advierte al usuario con sonidos y luces en el cuadro del riesgo que existe y, si no se reacciona a tiempo, activa el sistema de frenado hasta detener el vehículo. Sin embargo, muchos de estos sistemas aún requieren que el obstáculo cuente con algún detalle reflectante para ser detectado con precisión (una matrícula, por ejemplo), por lo que es posible que ciclistas, peatones u obstáculos en la vía no sean detectados.

Sistema de control gestual multimedia

Creado especialmente para reducir o eliminar las posibles distracciones que se producen al volante al manejar los dispositivos multimedia del vehículo utilizando gestos sencillos, lo cierto que es que aún su desarrollo y aplicación no es excesivamente preciso. El usuario aún debe memorizar gestos concretos para, por ejemplo, subir o bajar el volumen de la radio o descartar información presente en la pantalla, lo que lleva a errores que provocan precisamente los despistes que pretende evitar.