De Alcalá de Henares a las Lagunas de Ruidera; por tierras de La Mancha

En mitad del otoño en la meseta central, y siguiendo los pasos del autor en sus tareas como recaudador de impuestos, recorremos –de Alcalá de Henares a las Lagunas de Ruidera, en Ciudad Real– los lugares de La Mancha en donde los estudiosos confirman que Miguel de Cervantes halló no solo inspiración: encontró la base documental para construir personajes, usos, costumbres, relatos y un lenguaje que convirtió en universal.

La conmemoración del IV centenario de la muerte de Cervantes supuso, entre otras cosas, la revisión de muchas teorías acerca del cómo y el dónde de la inspiración que daría lugar al personaje más inmortal de las letras universales, el Quijote. Y si en algo coinciden los especialistas cervantinos es en la importancia que el terreno tuvo en esa inspiración. Un terreno que abarca la actual Castilla-La Mancha (alta y baja) y parte de la Meseta Central y que coincide con el itinerario que recorriera una y otra vez Cervantes como comisario de provisiones de la Armada Invencible entre Madrid y Sevilla.
Basándonos en las diversas propuestas de rutas del Quijote presentadas por la Consejería de Turismo de Castilla-La Mancha, decidimos trazar un camino de unos 200 kilómetros que, partiendo del obligado paseo por su ciudad de origen, Alcalá de Henares (Madrid), permite seguir los pasos vitales del autor, tras su cautiverio en Argel, entre los años 1584 y 1600 aproximadamente.

La primera parada, Esquivias (Toledo), se justifica por un doble motivo histórico y turístico. Una placa conmemorativa en la fachada de la Iglesia de Esquivias recuerda que allí contrajo matrimonio con Catalina de Palacios. Unas calles más abajo, esta localidad toledana acoge la Casa-Museo de Cervantes, una ilustre mansión que mantiene intactas las características de las casonas de labradores acomodados del siglo XVI. La casa perteneció al hidalgo Alonso Quijada, pariente de la esposa del autor, que les cedió una parte de la vivienda.

Muchos biógrafos cervantinos consideran que este hombre fue, precisamente, en quien se inspiró Cervantes para la creación de su inmortal personaje. En las estancias de la actual Casa-Museo, Cervantes documentó algunos fragmentos de su mejor obra, como la ventana de la biblioteca a través de la cual son arrojados al fuego del corral los libros expurgados de la biblioteca de Don Quijote.
El recaudador de impuestos se documenta
A los dos años de casados, Cervantes comienza sus extensos viajes por Andalucía como comisario de provisiones de la Armada Invencible, primero, y como recaudador de impuestos después; oficio este que le acarreó múltiples conflictos. Un camino recorrido cientos de veces por el autor donde también documentó las aventuras de Rinconete y Cortadillo, escrita hacia 1587.
Tembleque (Toledo), con su espectacular plaza mayor, emblema del barroco popular del siglo XVII, y Puerto Lápice (Ciudad Real) son las siguientes paradas del camino. Ambas por el mismo motivo: ser lugares de posadas y ventas para hospedaje de caminantes y mercaderes que hacían el mismo trayecto que Cervantes en sus tareas oficiales. Los personajes del terreno –desde los posaderos a los labriegos, pasando por los artesanos, hasta llegar a las élites locales formadas por curas, boticarios y escribanos– y sus hábitos fueron, a juicio de los especialistas cervantinos, las verdaderas bases documentales de su novela. En la localidad manchega de Puerto Lápice se puede visitar la Venta del Quijote y, a la vez, aprovechar la visita para comer.

De La Mancha al mundo

Nos hemos fijado en dos construcciones agrarias típicas del terreno: los bombos que podemos ver entre los viñedos, a ambos lados de la carretera N-IV, sobre todo entre los puntos kilómetricos 100 al 120. En otros lugares son llamados ‘guardaviñas’, y sirven de refugio. Y los molinos, de los que en Consuegra y Campo de Criptana encontramos los mejores ejemplos, y cuya imagen está unida irremediablemente al clásico de la literatura universal.

Azorín, que en 1905 hizo este camino con motivo del tercer centenario del Quijote, siendo corresponsal del periódico El Imparcial, cuenta que el médico de Puerto Lápice le acompañó a ver el solar en el que, según sus investigaciones, se habría alzado la venta en la que Don Quijote veló sus armas. Hoy, como turistas, nos conformamos con constatar que aquellos fueron escenarios inspiradores del maestro.
Llegados a Argamasilla de Alba (Ciudad Real), las responsables de la Oficina de Turismo que se encuentra en la Casa Medrano explican las distintas versiones que hoy se manejan del encierro de Cervantes en su cueva-cárcel. “¿Fue por un requiebro amoroso inapropiado hecho a una dama de la villa? ¿Fue por un cobro de impuestos indebido?”. Sea lo que fuere, la visita a la localidad se justifica no solo por la teoría de que el escritor pudiera haber iniciado su obra entre las paredes de la Cárcel de Medrano, sino por la visita a la Farmacia. En su rebotica se reunían los llamados “Académicos”. Cervantes relata la muerte de su héroe a través de los epitafios que le dedicaron “los académicos de la Argamasilla, lugar de la Mancha”.

Las imaginarias historietas relacionan siempre a Don Quijote y a su autor con los parajes mencionados en la novela. Esto motivó la visita de Azorín y Vargas Llosa a esta rebotica que, aunque solo sea por eso, bien merece ser tenida en cuenta.
Y acabamos ruta en el más imaginario de los lugares: la Ínsula Barataria, con la que el Quijote pensaba premiar la lealtad de su escudero. Y esa ínsula tiene un escenario real: las Lagunas de Ruidera, a las que asomarse en otoño solo tiene un inconveniente y es verlas muy mermadas de agua. El Hotel Albamanjón, con originales habitaciones excavadas en la roca, da alojamiento y buen yantar en este final de camino.

Fotos de la ruta 4×4 entre Alcalá de Henares y las Lagunas de Ruidera