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75 años de Pegaso

75 años de camiones Pegaso

Uno de los fabricantes de camiones, y en su momento también de automóviles, con más historia de España, Pegaso, cumple 75 años. Para recordar la relevancia de esta marca repasamos sus momentos más importantes.

Hace ahora 75 años nacía en nuestro país una de las marcas que contribuyó directamente a la industrialización de España, a través de unos vehículos que se caracterizaban por su personalidad, sus prestaciones y una robustez incluso ahora sin precedentes. La marca, ahora bajo el paraguas de IVECO, es recordada hoy en día por su enfoque visionario, que hizo que durante años fuese considerada una auténtica adelantada a su tiempo.

Su precursora, ENASA (Empresa Nacional de Autocamiones) vio la luz en el año 1946. Solo un año después se creaba Pegaso, tomando el nombre del caballo de la mitología griega que simbolizaba la potencia y la ligereza. Esto fue idea del ingeniero español Wilfredo Ricart, que bocetó un icónico caballo volador más rápido incluso que el de Ferrari, una imagen que fue puliéndose con el paso de los años hasta llegar al diseño final, obra del escultor Gabino Amaya en 1956.

Hasta la puesta en marcha de su fábrica en Madrid, ENASA tenía su centro de producción en Barcelona, en las instalaciones heredadas de Hispano Suiza. De esta fábrica salieron sus primeros modelos, el Pegaso I y el Pegaso II, este último ya con motor diésel Z-202, y que heredaba la cabina chata del Hispano Suiza 66-D.

Pegaso Mofletes

Este peculiar diseño hizo que el Pegaso II pronto adquiriese como sobrenombre “el Mofletes”, que durante muchos años también fue extensible a todos los modelos “de tipo Pegaso”. Se trataba de un modelo con unas prestaciones de récord en la época, con una potencia inicial de 125 CV que posteriormente aumentó a 140 CV. Su peso máximo autorizado, con remolque, era de 26.500 kg, y era incluso capaz de subir pendientes del 14%. Además, llevaba su volante en el lado derecho para mejorar la visibilidad de la cuneta, ya que entonces los camiones tenían prohibido adelantar.

Ya en 1952 llegaba uno de los grandes adelantos españoles de la historia. Se creaba entonces una derivación del Pegaso II, bajo denominación Z-601, que estaba propulsado por electricidad. Contaba con un paquete de acumuladores eléctricos de 48 elementos de plomo y 600 aH, que garantizaba 900 usos y que se podía cargar íntegramente en cinco horas, con una autonomía de 75 km. Aunque no llegó a producción, sí sirvió de importante base técnica para el desarrollo de trolebuses en nuestro país.

Pegaso Z601

Aunque la marca española fue reconocida, principalmente, por su trabajo en el desarrollo de camiones, en su historia también se construyeron algunos de los coches más avanzados y rápidos de la época. Dos ejemplos de ello son los Z-102 y Z-103, fabricados entre 1951 y 1957, con una producción limitadísima de 86 unidades. Considerados los “Ferrari españoles”, estos dos modelos sirvieron especialmente para continuar el desarrollo industrial y la tecnología de sus vehículos industriales.

Pegaso Z-102

En 1955 llegaba el primer modelo 100% Pegaso, el Z-207. Estaba basado en el motor diésel que se había desarrollado a partir del Hispano Suiza 66, aunque con un tamaño más pequeño, moderno y eficiente. Desarrollado por Wilfredo Ricart, este modelo estrenaba soluciones nunca vistas hasta el momento: inyección directa, empleo de aluminio en el bloque del motor o un eje contrarrotatorio bajo el cigüeñal (que hacía su funcionamiento mucho más suave que el de cualquier otro camión diésel).

Este modelo tenía un peso máximo autorizado de 11.000 kg, y era capaz de alcanzar más de 90 km/h de velocidad máxima. Pero si por algo destacaba este modelo de Pegaso era por su suspensión delantera independiente, formada por dobles trapecios superpuestos, con muelles helicoidales y amortiguadores, que hacían que su comodidad fuese incuestionable. Tanto es así que consiguió vender más de 4.400 unidades en toda su historia.

Aunque el Pegaso Z-207 era un auténtico prodigio técnico de la época, en 1960 la marca española decidió dar un paso atrás y cambiarlo por un modelo menos sofisticado, más sencillo de fabricar y con un mantenimiento más sencillo. Nacía, así, el Pegaso Comet, un modelo que tuvo una presentación espectacular: las 180 primeras unidades fabricadas salieron juntos de la planta de Madrid con destino a los concesionarios de toda España.

Entre las principales características de este modelo destacaba la incorporación de un sistema de frenado eléctrico. Gracias a un electroimán conectado a la barra cardan de la transmisión, era capaz de utilizar la fuerza magnética para frenar el giro de la transmisión, algo de tremenda utilidad para los camioneros, en un momento en el que los frenos de sus vehículos apenas eran capaces de aguantar una bajada de puerto de montaña al ir cargados.

SAVA Pegaso

En 1957, Pegaso tomaba el control de la marca vallisoletana SAVA, que fabricaba una gama de vehículos comerciales ligeros y medianos. Desde 1990, el modelo Daily se fabrica en esta plata, que sigue en funcionamiento y que, en la actualidad, se encarga de la fabricación de cabinas en chapa y pintura que suministra a la planta de IVECO en Madrid.

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