7 claves para estirar la autonomía de tu coche eléctrico

Conducir un eléctrico de forma eficiente es diferente que hacerlo con un térmico. Requiere un aprendizaje e ir cambiando nuestra mentalidad. Te damos 7 claves para estirar la autonomía de tu coche eléctrico.

Es cierto que un coche eléctrico no puede alcanzar la autonomía de la mayoría de los térmicos, pero sí que está en tu mano lograr la máxima autonomía. Cada kilovatio cuenta. Te damos 7 claves para estirar la autonomía de tu coche eléctrico.

Pero antes debemos tener claro que la cifra de autonomía que nos ofrece el fabricante es según la homologación WLTP. Pero esa no tiene por qué ser la autonomía real del vehículo ya que ésta depende de muchos factores, tanto a favor como en contra. Básicamente hay cuatro factores que van a influir en la autonomía del vehículo: Nuestro estilo de conducción -cuanto más rápido o más agresivos seamos con el coche y con sus pedales, consumiremos más energía-; el peso del vehículo -tamaño de la batería cuanto más grande, más autonomía pero también más peso, el número de pasajeros o la carga-; el terreno por el que circulemos, -carretera, ciudad o terreno escarpado-; y la temperatura y condiciones climatológicas, -cuanto más frío peor rendimiento-.

1. Conduce con suavidad

Especialmente cuando aceleremos, cuanto menos enérgica sea la aceleración menos energía empleamos, menos calentamiento y mejor aprovechamiento de la electricidad. Es cierto que el eléctrico invita a pisar el acelerador al entregar toda la potencia de una vez. Pero no caigas en ese error.

2. Ajusta el acelerador a la situación

Para estirar la autonomía de tu coche eléctrico es fundamental ajustar el acelerador de forma milimétrica a las necesidades del momento. Si bien en ciudad esto es algo menos relevante en carretera es fundamental. No aceleres fuerte si ves que más adelante vas a tener que frenar.

3. En carretera, mantén una velocidad constante

Es en carretera donde más kilovatios hay en juego ya que la lucha contra el aire requiere mucha potencia. Mantén la velocidad, mantén una presión sobre el pedal todo lo constante que puedas. Perderás velocidad en las subidas pero en las bajadas la recuperarás. Aligera el acelerador en las bajadas, y si vas más rápido de lo que deseas, frena un poco y regenerarás energía.

4. Calienta tu coche antes de desenchufarlo de la red

Si calientas tu vehículo cuando este esté conectado a la red, evitarás tirar de la batería, con el consiguiente calentamiento de esta. A diferencia de los motores térmicos que emiten una gran cantidad de calor, los eléctricos son mucho más eficientes y generan mucho menos calor, por eso su rendimiento es tan elevado. Una opción es programar la carga y la calefacción. Además, como al trabajar toma temperatura la batería, cuando salga al exterior, al frío, lo hará ya en temperatura favorable para que la reacción química en su interior se dé sin limitaciones.

5. Utiliza los accesorios de calefacción en invierno y de ventilación en verano reduciendo el uso del climatizador

Incluso con cuatro ocupantes, no es necesario tener caliente el aire del habitáculo para sentir confort climático. Algunos experimentos demuestran que ventilando el asiento en verano o calefactándolo en invierno, se precisarán tres grados de temperatura menos para el mismo grado de confort térmico.

6. Controla la presión de los neumáticos

Sí, en esto no se diferencian un vehículo eléctrico de uno térmico. La pérdida de energía por rodadura supone un factor constante. Con una presión adecuada o ligeramente alta se mantendrá el consumo homologado por el fabricante.

7. Frenar lo imprescindible.

Los coches eléctricos tienen la capacidad de regenerar energía de la frenada en mayor o menor medida. Ahora bien, debes de mantener el equilibrio entre el acelerador y el freno. En las bajadas pronunciadas este sistema es el mejor aliado para recuperar energía. Ahora bien, en la mayoría de ocasiones no vas a recuperar la energía de una aceleración inútil.