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Neumáticos de invierno

Neumáticos de invierno. ¿Qué son y cuándo deben utilizarse?

Con la bajada de temperaturas generalizada en toda la península, y con la aparición de los primeros episodios de fuertes nevadas, es importante recordar la conveniencia de utilziar neumáticos de invierno como alternativa a las cadenas, y como garantía de seguridad para el conductor y los ocupantes del vehículo.

Se trata de unos neumáticos diseñados para poder circular sobre hielo y nieve con la máxima seguridad, de tal forma que no sea necesario colocar. Son, además, neumáticos más efectivos que uno convencional en caso de lluvia e, incluso, sobre suelo seco, siempre que la temperatura ambiente no supere los 7ºC.

Sobre nieve, la sensación que transmiten al conductor es es similar a la de llevar neumáticos normales sobre un camino de tierra seco y en perfecto estado. En todo momento se mantiene un control absoluto sobre la dirección, es posible frenar con bastante normalidad, y la tracción no se diferencia en exceso de la que es muy parecida a la que se ofrece el vehículo sobre asfalto seco. A pesar de ello, siempre es recomendable aumentar la distancia de seguridad y reducir la velocidad, al menos, un 30%, en situaciones de firme en mal estado, con nieve o fuerte lluvia, y baja adherencia.

Su mejor respuesta en estas situaciones radica especialmente en dos apartados. Por un lado, emplea un compuesto de goma más blando que el de un neumático convencional. Pero su capacidad de agarre radica en el diseño de su huella, que se caracteriza por dos cosas. Emplea unas grandes canalizaciones en la banda de rodadura, que sirven para evacuar el máximo de agua y de nieve; además, cuentan con unos tacos de goma que presentan unos pequeños cortes en forma de zig-zag que, en su apoyo contra la nieve o el hielo, hacen que el taco se deforme ligeramente para formar una especie de diente de sierra capaz de trepar sobre las superficies más resbaladizas.

Aunque es muy recomendable para conseguir el mayor agarre, no es obligatorio montar necesariamente cuatro neumáticos de invierno, aunque si sólo se instalan dos, deben ser de la misma medida que las otras dos ruedas y deben ir colocadas en el eje motriz.

En contra de lo que pudiera parecer, es posible utilizar los neumáticos de invierno durante todo el año, aunque su duración será más corta de lo normal si se circula reiteradamente por asfalto seco y, sobre todo, si está caliente. Por ello, si sólo se utilizan en invierno, pueden llegar a una vida media de unos 25.000 km, cifra que se reduce notablemente en temperaturas más altas. Además, su agarre a alta temperatura es inferior a la de un neumático todo tiempo. Así, es aconsejable utilizar los neumáticos de invierno exclusivamente durante los meses en los que la nieve, la lluvia y el frío sean habituales, es decir, de primeros de noviembre a mediados de abril.

En la actualidad, la mayoría de los talleres de neumáticos ofrecen la posibilidad de custodiar los neumáticos durante la temporada que no se usen siempre que sean ellos los que instalen los neumáticos.

Para que sean sustitutivos de las cadenas de nieve, deben contar con la preceptiva homologación. Para saber si cuentan con ella, basta comprobar que en el flanco aparece un ideograma consistente en un copo de nieve dentro de una montaña de tres picos. El uso de los neumáticos de invierno en lugar de cadenas está regulado por el Reglamento General de Vehículos, según el Real Decreto 2822/1998, que recoge que: «Cuando sea obligatorio o recomendado el uso de cadenas u otros dispositivos antideslizantes autorizados se deberán colocar sobre, al menos el eje de las ruedas motrices, dichas cadenas o dispositivos antideslizantes o bien utilizar neumáticos especiales».

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