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La Dirección General de Tráfico ha hecho oficial el marco regulador por el que se permite la circulación de coches autónomos en las carreteras de España para su investigación y desarrollo. Gracias a esta normativa, España se convierte en uno de los cinco primeros países europeos que permiten la circulación de este tipo de coches.
La DGT considera que la introducción de los vehículos autónomos en las carreteras españolas podría provocar problemas de convivencia, por lo que la normativa recién aprobada exige, al igual que ocurre en otros países, la presencia obligatoria de un conductor que vigile el correcto funcionamiento de la tecnología, y que en caso de necesidad pueda tomar el control responsabilizándose de cualquier contratiempo posible.
La normativa permitirá a los fabricantes de este tipo de vehículos, a sus carroceros, laboratorios oficiales que investiguen sobre movilidad autónoma, así como a los fabricantes o instaladores de esta tecnología, solicitar el permiso necesario a la DGT para circular sin la participación directa del conductor.
Según señala la DGT en la normativa que acaba de aprobarse, el coche autónomo es todo aquel que “dispone de capacidad motriz y está equipado con tecnología que permita su manejo o conducción sin precisar la forma activa de control o supervisión de un conductor, tanto si dicha tecnología autónoma estuviera activada o desactivada de forma temporal o permanente”.
